Último fin de semana de junio. El Estado de Alarma ha terminado jurídicamente. Sin embargo, muchos de nuestros compatriotas siguen mentalmente confinados, y más allá de asegurar las medidas de protección (la higiene, la mascarilla, la distancia social) se han “abandonado” esperando que llegue septiembre. Muchas empresas con ERTE se encuentran en una situación similar. Así Madrid, en junio, parece agosto.
Ayer me decía un amigo que conviene leer (o releer) tres libros sobre distopías para entender lo que está pasando: ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley (1932); ‘Rebelión en la granja’ (1935) y ‘1984’ (1949). estos dos últimos de George Orwell.
“Un mundo feliz” es una traducción de “A Brave New World” (Un Nuevo Mundo Valiente) muestra un futuro en el que la realidad ya no depende de las evidencias, un universo paralelo en la que la verdad ha sido sacrificada. En esa aceptación pasiva de la mentira (de la “posverdad”, como se dice ahora), ya no hay policía. La versión oficial es la que se acepta y ya está. ¿Qué nos enseña esta obra?
- Para “dominar el mundo”, mejor después de una crisis (sanitaria, económica, medioambiental) y presentándose como un salvador, con soluciones simples para problemas complejos (populismo y/o ultranacionalismo, en los dos extremos antidemocráticos).
- La cultura estorba. Sean museos, bibliotecas o programas culturales (de esos que ya no hay en TV). Porque la cultura invita a pensar.
- La “felicidad” se convierte en una industria. Hay que “ser feliz” pase lo que pase, aun a costa de la libertad.
- El soma es una droga no tóxica que inhibe el deseo sexual, los planes de futuro, el contacto. Como la realidad virtual.
- El poder “mejora” a los ciudadanos, le dice lo que les conviene (¿te suena?) y divide a la sociedad en castas para enfrentar a unas con otras. Así se perpetúa, que es de lo que se trata.
- La clave, como anticipó Huxley, está en el “infinito apetito de distracción del ser humano”. Si te entretienen, ¿para qué informarte y formarte?
‘Rebelión en la granja’ (Animal Farm) es uno de los libros favoritos de mi hija Zoe. Una fábula con animales, una parodia del soviet y en general de cualquier totalitarismo (que el idealista Orwell había sufrido combatiendo en la guerra civil española), en la que las mentiras (“fake news”) se convierten en verdad (sólo hay una, la diga Agamenón o su porquero) y las verdades en engaños. La historia va del Sr. Jones (el zar) que se da a la bebida y descuida su granja. Por ello, los animales se rebelan. Mayor es el cerdo ideólogo (Lenin), que muere, y “Bola de nieve” el cerdo creativo (Trotsky) que organiza el “ejército” y al que después un tercer cerdo, Napoleón (Stalin) acusará de todos los males. Con el lema “todos los animales somos iguales” se impondrá la dictadura de Napoléon. A mí siempre me ha impactado el personaje del caballo (“trabajaré más, trabajaré más”, hasta morir). En palabras de Orwell, “cambiar una ortodoxia por otra no significa necesariamente progreso”. Cuidado en las organizaciones y en los países con quienes siguen sus propias agendas y les falta grandeza de miras.
‘1984’ (Nineteen Eighty Four) está escrita tras la II Guerra Mundial, en el inicio de la Guerra Fría. Presenta un mundo en el que la retórica, vacía, ha triunfado. Es la manipulación de la verdad. El “Gran Hermano” siempre nos está observando (videovigilancia, “por nuestro bien”) y se imponen los que Harari llama “dictadores digitales”. El mejor anuncio de la historia (el Macintosh de Apple, para que “1984 no fuera 1984”) prometía una tecnología liberadora. No estoy muy seguro de que la tecnología, que multiplica el talento, no esté siendo utilizada para esclavizarnos a través del teletrabajo y el consumo en remoto. Recordemos que en la distopía orwelliana hay cuatro ministerios: el del Amor (encargado de la ley y el orden), el de la Verdad (la cultura y la educación convertidas en propaganda del partido, en adoctrinamiento), la Abundancia (asuntos económicos: la distribución de la miseria) y la Paz (presupuesto de defensa). “Para las dictaduras, el amor se convierte en una pieza de ajedrez” (Ricardo Piglia, ‘Los sujetos trágicos). Es el “amor” al poder, que siempre trata de destruir el “poder” del amor (de la cercanía, de la empatía, de la comunidad humana). Un ojo omnipresente, una neolengua (desescalada, nueva normalidad, rebrotes) y la traición como imperativo. “Cuando la palabra/ se destruye/ cuando ya no es/ el don/ que uno hace al otro/ y que compromete algo/ de su ser/ es la humana amistad/ la que se destruye.” (Jean-Luc Godard).
En fin, estoy detectando demasiados casos de “futurofobia”, de miedo al futuro, que paraliza a las personas y a las empresas por una epidemia, una pandemia, de congelación. Es la “actitud Frozen” del “virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Lleva sin duda a la parálisis y por tanto al fin.
El miedo es una emoción muy útil, que a lo largo de nuestra existencia nos salva la vida (literalmente). Sin embargo, el problema surge cuando el miedo no es real, cuando se imagina, porque el cerebro no distingue entre lo que piensa y lo que existe. Por ello, si se abusa, el miedo resulta paralizante.
¿Cómo se combate el miedo?
- Desde la Esperanza. Has de esperar algo concreto y para ello diseñar el futuro que te gustaría y luchar por él.
- Desde la Fe, que es creer sin ver. Las creencias determinan nuestro rendimiento.
- Desde la Iniciativa. La acción es poderosa.
- Desde el Equipo. “Frente al miedo, el equipo”, es un lema de La Masía que suelo tener presente. La seguridad psicológica se logra en comunidad.
- Desde un “juego infinito” (sostenibilidad) que combata el cortoplacismo y la mezquindad.
- Desde el Amor. El tándem es la unidad mínima de Liderazgo, en la empresa y en la vida. ¿Cómo va el tuyo?
- Desde la Grandeza del ser humano. Cuando se convierte en un mero recurso, para ganar elecciones o ganar dinero, la situación está perdida. Beto Levy nos recordaba ayer: “¿Echarías de casa a uno de tus hijos porque la economía doméstica está debilitada?”.
- Desde la Educación, “Ama, no lo que eres, sino aquello en lo que te puedes llegar a convertir” (Cervantes). Una sociedad o una empresa “mal educada”, con valores enunciados que no son valores vividos, se va al garete.
Fácil de decir, bastante difícil de hacer. En eso consiste el Liderazgo, personal y público. Mi gratitud y admiración a todas aquellas personas que observáis el miedo, que os enfrentáis al miedo, que conquistáis el miedo. Porque lo mejor está por llegar… al otro lado.
La canción de hoy, “Every breath you take” de The Police (banda sonora de 1984). ¿Una canción de amor? No, de vigilancia. “I’ll be watching you”.
La entrada El miedo al futuro y cómo combatirlo se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.