Hemos pasado una “Noche de San Juan” sin higueras, sin fiestas en la playa pero con cenas en familia. Se avivan los recuerdos de esta noche en Caldes d’Estrach hace más de 40 años, con la ilusión de un crío. San Juan sigue marcando el paso al verano y a uno tiempo, al siguiente nivel. Porque ya es el tiempo de l@s valientes y de la grandeza. Mi profunda gratitud a las decenas y decenas de personas que me habéis felicitado hoy por mi santo.
Entre otras cosas, hoy ha sido día de pruebas para los webinars de mañana con Tallentto (gracias, Carlos, Juan), con APD Catalunya (gracias Albert, Sergi) y con el Club de Excelencia en Gestión para los Action Tank sobre Transformación Cultural que se inician la semana que viene y que tendrán lugar los cinco miércoles de julio (gracias, Ignacio, Nayra, Rosa y Adolfo). Cuando yo era pequeño, Zoom era un ballet que solía grabar Valerio Lazarov en programas como “Señoras y señores”, “Aplauso” o “Noche de Fiesta”. Ahora es una herramienta de comunicación que ha pasado de 20 M a 800 M de usuarios en apenas tres meses, un ganador TCV que vale más que las siete principales líneas aéreas juntas.
He estado leyendo el nuevo libro de Fernando Trías de Bes, ‘La Solución Nash. La reactivación económica tras el COVID-9’. Lo escribió en 9 días, desde Sant Jordi (23 de abril) al Día del Trabajo (1 de mayo). Todo un mérito.
Considero a Fernando uno de nuestros mejores economistas. En libros anteriores ha explicado la economía del emprendimiento (‘El libro negro del emprendedor’, 2007), las burbujas (‘El hombre que vendió su casa por un tulipán’, 2009), la transformación (‘El gran cambio’, 2013) y las falacias (‘El libro de la economía’, 2015). Además es un novelista excepcional con seis obras de ficción. Y el coautor de ‘La Buena Suerte’ (2004) con Álex Rovira, del que han vendido más de cinco millones de ejemplares. Hemos sido compañeros en el Human Age Institute y siempre aprendo mucho de él.
En esta crisis, que es “lo nunca visto”, Fernando se fija en dos conceptos: tiempo y miedo (“el miedo es invisible”). Su tesis: la salida a la crisis del covid-19 es romper el desacuerdo de Nash.
Trías de Bes parte de la “teoría de juegos” (John Von Neumann y Oskar Morgerstein, años 40). ¿Ahora, quiénes son los jugadores?
- La población (trabajadora, consumidora).
- Las empresas (producen y venden).
- La distribución.
- El sector público.
- El sector financiero,
- El sector de la comunicación.
“Demanda y oferta somos todos”. Si cada uno va a lo suyo, la crisis económica va a ser tan intensa como prolongada. Las empresas despiden masivamente, las personas no pueden/quieren consumir, la Administración (ya de por sí con un déficit aterrador) sube los impuestos, las entidades financieras aprovechan la situación para salvar su rentabilidad, los medios se rinden al poder.
El autor nos ofrece una serie de elementos modulares:
- Estuvimos confinados (podemos volver a estarlo, por “rebrotes”) para que el sistema sanitario no se colapsara y para evitar que enfermáramos. Un solución drástica a falta de previsión, de test y de protocolos. El coste de la improvisación es enorme.
- El confinamiento de la población constituye la causa primera y original de toda la caída de la demanda y de la oferta.
- La capacidad productiva de la economía está intacta.
- La incertidumbre financiera y la morosidad contribuyen, junto con la caída de la actividad, a derrumbar el empleo y la inversión.
- La inestabilidad de los flujos monetarios pudo desembocar en un colapso financiero.
- Esta crisis no beneficia ni perjudica a ningún jugador, sector o país. Todos desean regresar al nivel económico previo.
- Esta culpa no ha sido culpa ni responsabilidad de ningún agente económico.
- Volveremos a la normalidad social en un plazo de tiempo determinado
Algunos elementos son discutibles (por ejemplo, la responsabilidad de esta crisis creo que resulta de un grave problema medioambiental, del lado oscuro de la Globalización 4.0 y de gobiernos ineptos en Oriente y Occidente). Sigamos adelante. Fernando Trías de Bes presenta “el desacuerdo de Nash” con la premisa de los 9 elementos medulares y la necesidad de “comprar tiempo ” (su libro ‘El vendedor de tiempo’, 2005, también lo comenté en su día). Las respuestas económicas, siempre según el autor, son:
- Recordar y convencer a la población de que su riesgo vital es ínfimo.
- Mantener el confinamiento de las personas mayores de 70 años.
- Replicar las medidas de protección laborales y civiles de los países modelo (como ejemplo, Corea del Sur).
- Dar instrucciones muy precisas y concretas de lo que se puede y no se puede hacer, bajo la supervisión de las fuerzas del orden.
- Reapertura progresiva del comercio al por menor y, con medias apropiadas, de lugares concurridos.
- Proporcionar perspectivas de estabilidad en los ingresos familiares.
- Deben mantenerse vivos la capacidad productiva y el empleo que la sustenta.
- Las ayudas empresariales han de ser proporcionales a las caídas de actividad realizada.
- Mantener la liquidez en el sistema es más importante que contener el déficit.
- Asegurar mediante las sanciones y los incentivos adecuados que todas las medidas tomadas van a ser ciertas.
- Podemos romper el desacuerdo de Nash que inunda a los jugadores.
El Dilema del Prisionero, problema fundamental de la Teoría de Juegos, desarrollado por Merrill M. Flood y Melvin Dresheer (RAND, 1950). Ante la confesión, si los dos callan reciben 1 año de cárcel cada uno; si se acusan mutuamente, 5 cada uno. Es un problema de confianza. El temor a “ser un pringado” (el otro te acusa y recibes 20 años) te lleva a delatarle. “Del desacuerdo de Nash se derivan interesantes conclusiones: el miedo, una falta de coordinación, la ausencia de cooperación, la falta de compromiso y unos incentivos inadecuados van a hacer que cada agente económico anteponga su propio interés al de la económica en su conjunto”.
Brillante. La solución de Nash, que recordarás de la película ‘Una mente maravillosa’, es conocer las preferencias de los agentes. En vez de que todos los amigos en el bar tiren los tejos a la más guapa (sus amigas se van a enfadar), que cada uno hable con la 2ª que más le gusta, lo que mejorará las opciones colectivas. Se explica estupendamente en esta web publicada unos días después de que el Dr. Nash, premio Nobel de Economía, falleciera en accidente de automóvil hace cinco años (23 de mayo de 2015).
Lo que nos propone el profesor Trías de Bes es “keynesianismo a saco”. ¿Qué hacer? Comprar tiempo para que las familias consuman, con dinero a las empresas (un déficit descomunal de las empresas durante un tiempo). “Se trata de que, actuando como Keynes proponía, le demos la razón a Nash”. ¿Quién debe hacerlo? Cuatro mesas: médica, farmacológica, económica y social. Y que Europa financie a un gobierno de concentración (“sólo soy un pensador, un divulgador y un lobo solitario”, escribe FTdB). ¿Cómo hacerlo? Con un plan de acción de 8 planes (dos por mesa). ¿Cuándo hacerlo? Desde ya. “No apliquemos ideología sino criterios técnicos. No es tiempo de política”.
Gracias, Fernando, por tu esfuerzo y tu inteligencia. Da gusto leerte.
Fernando concluyó su libro el 1 de mayo (6 semanas de confinamiento). 55 días después, España es uno de los países con más fallecidos por millón de habitantes (más de 600), con uno de los más rigurosos confinamientos, con la peor caída económica según la OCDE. El gobierno ha hecho una pobre gestión (un 68% de españoles insatisfechos según el Eurobarómetro, frente a la media europea del 41%), la oposición no ha generado ilusión alguna (tal vez pensando que Rajoy llegó a Moncloa más por demérito de ZP que por méritos propios), la concordia es un recuerdo del pasado, la agenda ideológica es más intensa que nunca y de los medios de comunicación, salvo excepciones, mejor no hablar.
Tratando de ir más allá y con toda modestia, creo que “la solución Nash” debe tomar en cuenta que estamos en otra época, la del talentismo. El talento es más valioso que el capital, porque el capital ya no referencia nada. El keynesianismo fue una gran idea tras la II Guerra Mundial (el Plan Marshall es buena prueba de ello) y se pasó de rosca (el Plan E de Zapatero: cada empleo costó más de 160.000 €). La escuela de Friedman, con su ultraliberalismo, se ha cargado el monetarismo al prescindir del patrón oro (con Nixon) y desregular (con Reagan). Esta crisis no se resuelve con “deflación social” (bajando los salarios) como la de 2008. Ya no.
Quiero juntar a Nash con Machado. “Todo necio confunde valor y precio”. Me subleva que la mayor parte de los ERTEs y EREs se hayan hecho sin criterio, sin favorecer el talento. De estas, el talento se va a vengar, puedes estar segur@. Se le mandó a casa a “teletrabajar” sin recursos para hacerlo, con jornadas interminables, haciendo además de profesores y de amas de casa. Sólo van a sobrevivir las empresas que atraigan, fidelicen y generen compromiso en su talento. Un talento analizado, medido, que se desarrolla. Los egoístas perecen, como ya demostró Darwin respecto al reino animal.
Necesitamos Talento y necesitamos Liderazgo, tanto en la política como en las empresas (ya he tratado en este Blog la cumbre de CEOE de los últimos 10 días, anti-kennediana salvo contadas excepciones: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti sino lo que tú puedes hacer por tu país”). Y vuelvo a Don Antonio: “Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas”. El Liderazgo es precisamente inspirar e integrar para obtener la mejor solución para el conjunto, sea la empresa, el país o la sociedad en su conjunto. Me temo que esto no va de mesas (¿qué decir de la “comisión de la reconstrucción” presidida en el Congreso por Patxi López, con varios rifirrafes y ningún acuerdo).
El Liderazgo TCV es el de la Firmeza Compasiva. Con inteligencia (“Aprende a dudar y acabarás dudando de tu propia duda; de este modo premia Dios al escéptico y al creyente”), curiosidad (“Descubrí el secreto del mar meditando sobre una gota de rocío”) y humildad (“Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”); con resiliencia (“La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés”), empatía (“Para dialogar, preguntad primero; después… escuchad”) y sobre todo integridad. “Cuatro principios a tener en cuenta: Lo contrario es también frecuente. No basta mover para renovar. No basta renovar para mejorar. No hay nada que sea absolutamente empeorable”. Ya sabía el bueno de Machado que
“De diez cabezas, nueve
embisten y una piensa.
Nunca extrañéis que un bruto
se descuerne luchando por la idea”.
Por eso el Liderazgo, como talento para influir en l@s demás que siempre me ha apasionado, TCV me apasiona más que nunca. Porque los ganadores serán la confianza y el compromiso. Como muestra, la CEO para España de Alain Afflelou y directora global de Transformación Digital: “Sólo sobrevivirán las empresas con gente decidida a darlo todo“. Sólo éstas sobrevivirán. Y añadía: “El optimismo es un gran motor para mí”.
Suponiendo que el PIB sea el gran indicador de la crisis y de la recuperación (su creador, Simon Kuznets, ya desistió de ello), España será la economía occidental que más caiga y la de milagros más alucinantes. Porque es el país de la picaresca (del Lazarillo, del Ecce Homo de Valencia) y de la grandeza quijotesca del Liderazgo, Cada un@ tenemos que elegir a qué nos apuntamos, porque “caminante, no hay camino; se hace camino al andar”.
Somos el país de una televisión en general detestable y de milagros de calidad como ‘El Ministerio del Tiempo’, que concluía ayer la cuarta temporada con un episodio memorable, ‘Días de futuro pasado‘. Vi el programa anoche en TVE1 y lo volveré a ver esta tarde en HBO. Un líder honesto como Salvador Martí, interpretado primorosamente por Jaime Blach. Un equipo cohesionado, que no duda de ninguno de los integrantes. Porque la confianza les une y se dan en cuerpo y alma a la tarea encomendada.
“En cuanto al futuro, nunca pienso en un futuro brillante y humanista. Creo que ya vemos bastantes pautas del futuro en el presente. Vivimos y viviremos en mundo dividido entre los que tienen de todo y no tienen de nada. Y si naces en uno u otro lado, te marca la vida. A nivel ecológico, tampoco la herencia que dejamos a los jóvenes es muy apetecible. Vivimos en un mundo en el que las grandes compañías mandan más que los propios estados, no es tan difícil pensar que en un futuro, si se pudiera viajar por el tiempo, el pasado se convierta en un inmenso almacén del que coges lo que te apetece. Como diría aquél: es el capitalismo, imbécil. A partir de ahí, en cuanto a referencias, al plantear el bombardeo publicitario nunca te puedes olvidar de Blade Runner. Y, a nivel social, Hijos de los hombres, Brazil…” (Javier Olivares).
Ojalá haya quinta temporada. Ojalá los líderes inviertan en educación (desarrollo del talento) y la rentabilidad de las empresas sea la consecuencia, y no la búsqueda codiciosa que se carga todo lo demás. “No está el mañana, ni el ayer, escrito”.
Gracias, Nieves Herrero, por narrar esa preciosa historia entre Machado y Guiomar.
La entrada Dilema del prisionero, equilibrio del miedo y reactivación económica se publicó primero en HABLEMOS DE TECNO TALENTO.