Anoche estuve viendo la película ‘El crack cero’ de José Luis Garci. La historia de Germán Arteta, que deja de ser policía para convertirse en detective privado en 1975, el año en que murió Franco. Excelentes actores (Carlos Santos, Miguel Ángel Muñoz, Luisa Gavasa, Pedro Casablanc, Patricia Vico, Macarena Gómez), un buen guión de Garci y Javier Muñoz y un ritmo delicado (música de Jesús Gluck, fotografía en blanco y negro de Luis Ángel Pérez) para una España en la que todo iba a cambiar… o no. Una cinta dedicada a James M. Cain, como las dos anteriores a Dashiel Hammet y Phillipe Marlowe.
En la web de Psychology Today he recuperado el artículo de David Rock y Khalil Smith, ‘La ciencia del trabajo virtual‘, que parte del estudio de Stanford de 2015: Cuando el teletrabajo es una realidad (y no este sucedáneo improvisado con los propios medios y los niños siempre en casa), la productividad aumenta un 20-30% (el Libro Blanco del Teletrabajo de 2012, al que me refiero en el libro ‘El virus que reseteó el capitalismo’, llega hasta el 40% de aumento de productividad). Mayor satisfacción laboral y ahorros de hasta 1.000 € al mes.
En un artículo de Strategy + Business, el Dr. Rock y Heidi Grant Halvorson se referían a los sesgos cognitivos que impiden a muchos managers:
- el sesgo de conveniencia (expedience): “no me gusta lo virtual”
- el sesgo de seguridad: “más vale lo malo conocido”
- el sesgo de distancia: el fomento de interacciones casuales
En este artículo David Rock y Heidi Grant se enumeran dos docenas de sesgos ligados a la conveniencia, a la experiencia, a la seguridad, a la distancia, a la similitud. Tenemos que gestionar los tiempos (solemos ser más productiv@s por la mañana), los modos,
En la misma línea, mi admirada Susan Krauss Whitbourne se preguntaba si realmente somos capaces de trabajar productivamente en casa. Rebecca Wetterman, analista del sector tecnológico, ha comprobado una caída en la productividad de quienes trabajan en casa por “falta de niñera” (lack of babysitter). Otro estudio de Lilliam Gombert, de la Universidad Técnica de Dortmund (2020), señala que todo Empleo de Alta Demanda de Autocontrol (SCD, en inglés) requiere que se “inhiban, modifiquen o anulen las reacciones espontáneas y automáticas, las urgencias, las emociones y los deseos que puedan intervenir en los comportamientos dirigidos hacia un objetivo”. La calma no es fácil en estas circunstancias. La falta de voluntad, la decepción del ego, la ansiedad reducen nuestra capacidad de autocontrolarnos. Una demanda emocional inesperada la del SCD ésta del estrés.
La misma profesora emérita de la Universidad de Massachussets en Amherst nos regala el sábado pasado un artículo sobre ‘Cómo detectar a un mentiroso desvergonzado a través de la comunicación no verbal‘, lo que vale para los políticos a ambos lados del Atlántico. La Dra. Susan Krauss se refiere a los NNP (en inglés, “nonvocal nonverbal paralinguistic features”, signos paraligüisticos no verbales y no vocales) de los profesores Sławomir Wacewicz y Pprzemysław Żywiczyński (Universidad Nicolás Copérnico de Torun, Polonia). Basta ver la incoherencia de este vídeo de Trump sobre George Floyd. Cuando no hay autenticidad suenan las alarmas.
En fin, la tecnología impacta en el talento decisivamente. En otro artículo de septiembre de 2018, Rainer Kattel e Inés Mergel se preguntaban si Estonia era el Silicon Valley de los gobiernos digitales. Desde 2001 ha invertido en una infraestructura de datos y en una identidad digital únicas. Esto le ha permitido eficiencias del 2% del PIB (en el caso español, significarían unos 30 millones de euros). Estonia lidera el DESI (Índice de la Sociedad y Economía Digitales) en la Unión Europea. Lo ha logrado poniendo el foco desde su independencia hace 30 años en lo que Albert Hirschman llamó “el principio de la mano oculta” (hacer más que prometer).
Estonia tiene la población de Murcia, menos de 1’5 M de habitantes. ¿Coronavirus? 1.947 casos confirmados y 69 fallecidos en Estonia. Murcia, la comunidad autónoma que junto con Galicia mejor ha gestionado la pandemia en nuestro país, lleva 1.616 casos confirmados y 148 fallecidos. El gobierno digital algo habrá tenido que ver en la obtención de datos y en la toma de decisiones.
El mérito es de Mart Laar (1960), político estonio que ha sido primer ministro en dos ocasiones (1992-1994 y 1999-2002), licenciado en Filosofía y Doctor en Historia. Ha escrito varios libros sobre la historia de su país y tras su paso por el gobierno (fue ministro de Defensa de 2011 a 2012) y sufrir un derrame cerebral es desde 2013 el presidente del Consejo Supervisor del Banco de Estonia. En sus palabras, “el esfuerzo de construir una sociedad ideal lleva a la violencia, en ocasiones a la violencia extrema. Porque, nos guste o no, no es posible construir una sociedad ideal con personas imperfectas, que es lo que somos. El principal propósito del Nazismo y del Comunismo es crear la “nueva persona”. Y para ello deben deshacerse de los modelos imperfectos”. Mart Laar lo sabe bien, pues vivió sus primeros 30 años, la mitad de su vida, bajo la URSS.
Mi gratitud a David, Khalil, Heidi, Susan y Mart por abrirnos los ojos y ofrecernos esperanza.
Esta tarde veré el episodio de ‘El Ministerio del Tiempo’ dedicado a Albert Einstein y el ingeniero Emilio Herrera en los años 30.
La cancion de hoy, de Pau Donés: ‘Te miro y tiemblo’. Siempre estarás con nosotros a través de tu música.
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