Ayer domingo, tras levantarme, el primer regalo de la mañana: Carmen Pellicer en RNE (“No es un día cualquiera”). Ya sabemos que la Educación no está entre las principales preocupaciones de los españoles, ni entre las 12 primeras. Por ello, una bocanada de air fresco como Carmen y su Fundación Trilema es muy de agradecer. El lunes volverá y ese día Quijotes como Carmen estarán preparad@s. Gracias, Carmen y Carles Mesa.
Antes del coronavirus, estaba un tanto molesto con los dominicales por su falta de contenidos profundos. Esta pandemia nos ha traído mucha mayor -y mejor- reflexión. Es el contraste entre el dolor humano y la profundidad de la creación. Recordemos la frase de Harry Lime (Orson Welles) a Holly Martins (Joseph Cotten) en ‘El tercer hombre’ (1949): “En Italia, en 30 años de dominación de los Borgia no hubo más que terror, guerras y matanzas, pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron 500 años de amor, democracia y paz. ¿Y cuál fue el resultado? El reloj de cuco“.
Álex Grijelmo (Burgos, 1956), escrito y periodista, nos presentaba un ‘Diccionario amable de la pandemia‘ con 27 términos, desde “alarma” (lenguaje bélico) a “virucida” (debería ser “viricida”). Palabras como “coronavirus” (que es un erizo atrompetado), “desescalada” (que suena extraña hasta a los alpinistas), “nueva normalidad” (lo que es nuevo no es normal; lo que es normal no es nuevo) o “test” (prueba, análisis, detección, control, examen). Gracias, Álex. Creo sin embargo que esto no es “amable” sino orwelliano: como lo son la “reconstrucción” (sin destrucción) o esa “forma de V” que no es plan ni sueño sino quimera (una V con forma más cercana a la L, desgraciadamente).
‘Así será el mundo tras la Gran Reclusión’ de Claudi Pérez. “La codicia es buena” (Gordon Gekko, Wall Street). La exuberancia irracional consecuencia del liberalismo económico de Reagan y Thatcher, la burbuja que se pinchó en 2008, una respuesta política sin precedentes. “La destrucción de empleo equivale ya a cuatro años de Gran Depresión”. Coma inducido en la economía y en España triple golpe: un sistema sanitario no tan sólido, sin colchón fiscal, con el turismo muy tocado (83 millones de turistas extranjeros, la mayor parte de los cuales no volverán). “El virus es el supervillano, pero su cómplice son las ideas económicas y políticas equivocadas”.
Es “La hora del Liderazgo” (Mohamed A. El-Erian). No se esperan medidas estructurales. El consumo, tan necesario como motor del crecimiento, choca con el desempleo, la contención salarial y la automatización. La anterior “normalidad” fue la triple desigualdad de ingresos, de riqueza y de oportunidades y la polarización. Gracias, profesor El-Erian. Echo de menos en el acertado análisis de este economista egipcio educado en Oxford, ex-asesor de Obama y jefe asesor económico de Allianz la importancia de la Educación. Creo que TCV el Liderazgo Femenino se ocupará de la Educación y ésa es nuestra gran esperanza para la igualdad de oportunidades, la equidad y la libertad. La alternativa subsidiadora puede ser un incentivo para convertirnos en seres acomodaticios y aborregados por ignorantes.
El Dr. Josep Santacreu, CEO de DKV y uno de los directivos que más admiro (suyo es “es más dañino un mal jefe que un mal médico”), escribía sobre ‘La pandemia climática‘, distinguiendo la crisis sanitaria de la medioambiental. Ambas requieren de cooperación global, de cambios profundos, fueron anunciados (rinoceronte gris) y desatendidos por los gobiernos, originadas por la prepotencia, necesitan de acciones drásticas. Sin embargo, hemos de mantener el estado de emergencia activado respecto al clima. Josep nos recuerda que China lleva 3.329 fallecidos por Covid 19 y por el confinamiento se han salvado, por menor polución, cada mes 1.400 menores de 5 años y 51.700 mayores de 70 años. En España, según la OMS, mueren por los efectos de la contaminación 12.574 personas al año. “La contaminación atmosférica va a seguir causando más pérdidas humanas que la pandemia”. El Dr. Santacreu apuesta por un “green deal”… y un servidor se apunta.
Además, la entrevista de Cristina G. Lucio a María Lahuerta, especialista en epidemiología y salud pública en la Universidad de Columbia: “No podemos pedir a todo el mundo que se aísle otra vez”.
Dejo para el final a José Antonio Marina y su Holograma (nº 51). “Más allá del sentimentalismo”. Cita a Oscar Wilde: “Un sentimental es alguien que simplemente desea disfrutar del lujo de una emoción sin tener que pagar por ello“ y nos propone trascender el sentimentalismo low-cost con hasta once acciones concretas:
1. Reducir la jornada laboral y los sueldos para evitar destrucción de empleo
2. Aceptar un aumento de impuestos temporal para financiar la reactivación
3. Ayudar a ONGs
4. Estimular los mecenazgos
5. Emitir una deuda de reconstrucción con intereses negativos
6. Premiar a los creadores de empleo
7. Estimular el consumo de proximidad
8. Establecer moratorias en pagos de impuestos o alquileres
9. Fortalecer la responsabilidad social corporativa
10. Ampliar el crowdfunding
11. Luchar contra la ineficiencia, que es una corrupción de baja intensidad.
Estoy con el profesor Marina: evitar el “sentimentalismo tóxico” (Theodore Darlrymple) y fomentar un Pacto de reactivación (no de reconstrucción) con el compromiso activo de la sociedad más allá del cortoplacismo de la mayoría de los políticos. A José Antonio -y a mí- nos interesa el planteamiento de las “ciudades con talento” desde el concepto de “clase creativa” (Richard Florida).
Ojalá 2020 sea, más allá del dolor por las víctimas, “el año que vivimos generosamente”.
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