Comienza el mes de julio, las rebajas en los comercios y esta tarde he tenido el privilegio de impartir Talentismo para emprendedores en la 3ª edición del Master para emprendedores del Instituto Pensamiento Positivo, que lidera el comunicador y motivador Sergio Fernández. He hablado en otras ocasiones en este blog del éxito de este Programa y de sus razones (el impacto en la tribu de Pensamiento Positivo, los elementos diferenciales, el claustro de profesores), porque nada es casual. Muchas gracias a Sergio, Mónica, Ely y todo el equipo de Pensamiento Positivo por contar conmigo para estar con sus alumnos, gente comprometida e implicada con emprender.
Anoche muchos nos acostamos de madrugada no para cenar ni para salir de juerga, sino para ver la final de la Copa Confederaciones en Maracaná (Río de Janeiro), un Brasil-España un año antes del Campeonato del Mundo.
El partido venía precedido por varias buenas noticias deportivas:
- En la final del Eurobasket femenino, también contra la anfitriona (Francia, en este caso), nuestra selección supo sobreponerse al ambiente hostil, comenzó mandando con autoridad en el marcador, aguantó el tipo a medida que pasaron los minutos, impidió la remontada y se alzó con el triunfo, el Campeonato de Europa 20 años después. Un maravilloso éxito de nuestras jugadoras de baloncesto.
- En el Gran Premio de Gran Bretaña, Fernando Alonso partía de la 9ª posición. Hizo una remontada espectacular, subió al podio (1º Nico Rosenberg, 2º Mark Webber, 3º Fernando Alonso) y recorta distancias con Sebastian Vettel, que tuvo que abandonar. El piloto asturiano está en el Mundial con 111 puntos, Vettel con 132, y por detrás Raikonnen (98), Hamilton (89) y Webber (87). El Mundial está vivo.
- A eso de las 10, mi buen amigo Joxe Mari me llamó para anunciarme el ascenso, por fin, del Eibar a 2ª división A (Liga Adelante). En la última eliminatoria contra L’Hospitalet, el equipo armero ganó 3-0 en casa y ayer a domicilio 0-1. El Eibar vuelve a la división que le corresponde por talento y antigüedad.
- Y también ascendió el Real Jaén, 11 años después. En un partido de infarto, empató sin goles en casa ante el Huracán Valencia e hizo valer el 1-1 de la ida. Me alegro mucho por mis amig@s jienenses.
Con todo este positivo panorama deportivo, nos aprestamos a ver el duelo Brasil-España. La Roja, con el récord de 29 partidos sin perder. Los brasileiros, que no han perdido nunca en Maracaná contra una selección europea en partido oficial. Y pronto supimos por qué.
La ‘torcida’ brasileña convirtió el ambiente en un infierno para los españoles antes de que comenzara el encuentro. Aunque La Roja sea superior en términos de valor (según la FIFA –febrero de 2013- la selección española era la nº 1 con 1.590 puntos; la brasileña, la 18ª con 924 puntos), el entorno hostil comenzó a marcar la diferencia.
Además, Scolari se impuso en el aspecto táctico, haciéndose dueño del centro del campo (la ausencia de Xabi Alonso se notó mucho). La diferencia en el aspecto físico fue notable (en ese sentido, el partido nos pudo recordar los de ida de semifinales del Barça y el Madrid ante los equipos alemanes), la agresividad (26 faltas cometidas a los españoles), la asustadiza actuación arbitral, la sangría por la banda izquierda… Todo se puso en contra.
Y el fútbol, al fin y al cabo, es de momentos puntuales. Los goles al inicio y al final de la primera parte (faltas de concentración en defensa) y en el inicio de la segunda (un disparo inapelable de Neymar, libre de marca). Dos jugadas de Pedro que debieron terminar en gol y un penalti fallado, en un momento decisivo, pero que se lanzó con más ímpetu que tino.
“No hay excusas, han sido mejores y hay que felicitarlos”, declaró Vicente del Bosque tras el partido. Y añadió: “De vez en cuando es conveniente perder para no creernos imbatibles”. Ciertamente. Las claves, para nuestro seleccionador, fueron la vitalidad y la energía del rival. Una buena lección para todos: el talento es capacidad, pero multiplicada por el compromiso. En el fútbol, ese compromiso es la diferencia entre jugar andando o jugar corriendo, dejándote el alma en el partido.
Los supuestamente optimistas recuerdan que el equipo que gana la ConfeCup no gana el Mundial al año siguiente. Ya sabes que el optimismo, científicamente hablando, va de otra cosa: de afrontar la realidad, de apalancarnos sobre nuestras fortalezas y sobre todo de aprovechar nuestras oportunidades de mejora.
Veremos qué pasa de aquí a un año. O aprendemos la lección (que es la auténtica humildad, más allá de las palabras; caer ante EE UU en las semifinales de la Copa Confederaciones 2009 nos ayudó a ganar el Mundial 2010 y la Eurocopa 2012) o asistiremos a un fin de ciclo. De nosotros depende.