Jornada en Madrid de proceso de coaching estratégico ligado al mundo de la educación. Ojalá se convierta en una de las prioridades sociales, dado no sólo que es la inversión más rentable (como demostró el premio Nobel Heckman) sino una gran diferencia en la felicidad de las personas.
He estado leyendo un par de artículos muy interesantes que pueden hacernos replantear el emprendimiento tal como lo conocemos.
En la web del CAE (Center for American Entreprenership), Ian Hathaway (New York University) escribió antes de ayer sobre ‘El mito de los jóvenes fundadores de start-ups‘. Comenzaba con la historia de Mark Zuckerberg, que a sus 19 añitos fundó Facebook en febrero de 2004 (en 2012, la compañía valía en bolsa 81.000 M $ y ahora, con más de 1.000 M de usuarios, vale más de 500.000 M $, lo que ha hecho de Zuckerberg la 8ª mayor fortuna del planeta.
Sin embargo, como ha demostrado una investigación de Pierre Azoulay, (MIT), Benjamin F. Jones, (Northwestern University), J. Daniel Kim (MIT) y Javier Miranda (del U.S. Census Bureau), publicada en abril de 2019, los emprendedores de éxito lo logran a mayor edad. De hecho, analizando miles de start-ups creadas entre el 2007 y el 2014:
- La edad media del fundador fue de 42 años.
- Las que más crecen, de 45 años.
- En las tecnológicas, 43 años.
- Con patentes, 45 años.
- Salida a bolsa con éxito, 47 años.
- Localizadas en el Silicon Valley, 42 años.
- En un hub empresarial, 41 años.
Se da una “curva de campana” respecto a la edad de los fundadores. Es que la experiencia es la madre de la ciencia. Mi gratitud a Ian y a los profesores Azoulay, Jones, Kim y Miranda.
Otro mito, además del de la edad, es el del género. Cinco días, el 27 de diciembre pasado, se hacía eco de un análisis de Spain Start-Up South Summit, ‘La mujer fracasa menos, pero el hombre recibe más financiación’.
Efectivamente, las emprendedoras fracasan en un 30% y los varones en un 58%. No sólo es una tasa de éxito del doble, nada menos; sino que los emprendedores hombres no consiguen sacar adelante sus proyectos en más de la mitad de las ocasiones (es peor que lanzar una moneda al aire). Sin embargo, las mujeres que emprenden reciben un 10% menos de financiación que los chicos. Son más prudentes y gestionan mejor, pero parece que venden “lo suyo” peor. Claramente, deben mejorar como embajadoras de sus marcas.
Cada vez me gusta más acompañar a las señoras emprendedoras, siempre inquietas, siempre con iniciativa, con una cierta experiencia en sus campos de actividad.
El tema de hoy, un clásico de la transición, ‘Señora Azul’ de Cánovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán