Participar activamente en la Marcha Radetzky, como público, en el Auditorio Nacional ha sido el broche de oro a una semana laboral particularmente fascinante.
Anoche tuve el honor, el privilegio, de asistir al concierto benéfico ‘Dreamers in White’, dirigido por Ramón Torrelledó. Fue la locura fascinante, tan quijotesca, de unir sinérgicamente 700 talentos individuales y convertirlos en una sola voz (sí, en una sola voz; en eso consiste el Liderazgo con mayúsculas). Músicos de toda procedencia social y económica hicieron posible su sueño de triunfar en el Auditorio Nacional de Música de Madrid. Todo ello, gracias a la Fundación Gmp, la Fundación Marjal y la Fundación Bankinter. El 100% de lo recaudado, para la Asociación APSA y Down Madrid.
La orquesta solidaria Dreamers la forman 90 músicos (cinco solistas: Diego de Santiago al contrabajo, Paula Sastre como violín primero, Carla Román y Teresa de la Escalera al piano, Diego Fernández a la percusión y más de 600 voces de 17 coros: la Coral Alcobendas (dirigida por Pablo Arranz), la Coral Fernando de los Ríos (dirigida por Iván Conde), el Coro Abierto (dirigido por Pablo Eisele), el Coro Albar de la Escuela Municipal de Cercedilla (dirigido por Yeray Afonso), el Coro All4Gospel (dirigido por Blanca Corral), el Coro British Council School de Madrid (dirigido por Eric Peters), los Coros Escuela de Barrio, Esperanto y Coro Infantil Escuela de Barrio (dirigidos por Iván Conde), el Coro Infantil Jesús Maestro (dirigido por Raúl González), el Coro Municipal de Boadilla del Monte (dirigido por David Hurtado), el Coro Orfeón de Moratalaz-Orfeón de Vicálvaro y el Coro San Gregorio Magno (dirigidos por Félix Barrera), el Coro Voces de ida y vuelta (dirigido por Guayarmina Calvo), el Coro Vocal Fuga a Tempo (dirigido por Iván Conde) y el Torrelodones Rock Choir (dirigido por Francisco Soro). 700 personas con talento, una docena de líderes, un director de orquesta excepcional. Así es el genio de la naturaleza humana en su mejor versión. Y tod@s, vestid@s de blanco, como muestra de integración.
Un programa de lo más variado. En la primera parte, desde el ‘Woman’ de Lennon y el ‘No dudaría’ de Antonio Flores a villancicos como el ‘In excelsis Deo’ a la marcha de Pompa y Circunstancia 1 de Elgar, la Sinfonía Española de Eduardo Lalo, el Concierto para contrabajo de Koussevitzky y el Vals masquerade de Khachaturian. En la segunda, el Concierto para Piano y Orquesta de Haydn, la Rapsodia sobre un tema de Paganini por Rachmaninov, Christmas Dreams, la Suite para Variety Orchestra de Shostakovich, el Stand by me y el ‘Do, Re, Mi’ de Sonrisas y Lágrimas (que me emocionó especialmente, porque mis padres nos llevaron al musical de ‘La Familia Trapp’ cuando éramos pequeños). Arreglos del compositor venezolano Jesús González. Como solistas el tenor Adrián Inastrillas Bueno, el tenor venezolano Johann Sebastian Salvatori Fois y la soprano valenciana Felicidad Farag (que nos evocó a la marivillosa Juie Andrews con el ‘Do, Re, Mi’).
¿Quién es este increíble Quijote, Ramón Torrelledó, capaz de liderar a 700 talentos y entusiasmar al público entero del Auditorio Nacional? Un director y compositor cántabro, nacido en Castro Urdiales, hijo del gran compositor y director Nicolás Torre, su primer profesor, que ha estudiado Piano, Composición e Interpretación en España y en EE UU (Carnegie Mellon) con maestros como Lukas Foss y Samuel Jones y ha formado parte de una quincena de orquestas en Rusia, Rumanía, Moldavia, Egipto, etc. ¡Qué actitud, qué energía, qué entusiasmo, qué amor por la vida! Nos impartió una lección inolvidable de Liderazgo. “Hacemos cosas inútiles, que tienen gran valor. ¡Vivan las cosas inútiles! Con Quijotes como Ramón Torrelledó, como Carlos Ongallo de EBS, como quienes lideran la FP en varias comunidades autónomas, como Gabino y Mariló respecto a la logística, como Fernando con el CEO Congress, como tantos y tantos casos que admiramos todos los días.
Se trata del ‘Factor H’ (Fernando Botella), la “Haztitud” (Yoriento), las 5 H de Antonio Puig (aprender a hacer, hacer, enseñar a hacer, hacer hacer y dejar de hacer) reivindicadas por Antonio Moar, “practicar las virtudes de la acción” (convertir los valores enunciados en valores vividos) como nos enseña el maestro José Antonio Marina. “”El éxito no es azar, es HACER” (Rubén Turienzo). El Liderazgo, entendido como inspiración e integración a través de la imaginación y la intuición (Silvia Damiano), es muy escaso, y cuando lo encontramos en momentos mágicos como el de anoche en el Auditorio (y por la mañana en el Palacio de Congresos de Murcia, y esta semana en el Lluis Vives de Valencia, en el Palacio de Congresos de Cáceres, en la Cámara de Murcia o en nuestra Talent Tower almorzando con empresas clientes) nos maravilla, nos hace felices. Hay esperanza en el género humano.
Porque los españoles hemos aportado al mundo dos elementos culturales de extrema importancia. Los reinos de Taifas, capaces de crear compartimentos estancos que pelean entre vecinos (de ahí nuestras múltiples “guerras inciviles” a lo largo de la historia) y destruir desde dentro el Califato de Córdoba en el siglo XI, la guerra de sucesión entre Habsburgos y Borbones (de ahí el inicio del conflicto en Cataluña) de 1791 a 1713, el Imperio Español en el XIX (qué fueron las “guerras de Independencia” en América sino “guerras inciviles”), las guerras carlistas, la guerra civil (1936-1939) y la ingobernabilidad actual. taifas de los que se aprovechan mezquinamente unos pocos en detrimento de todos los demás.
Y también hemos creado el Quijotesco, con innumerables ejemplos, desde Isabel I o Ignacio de Loyola a Rafa Nadal y el Padre Ángel. El/la Quijote no es un personaje de ficción, sino un ser real, de carne y hueso, que D. Miguel de Cervantes Saavedra supo retratar como nadie. Maravillosos Quijotes que vencen a los Molinos.
España es una historia continua entre Taifas y Quijotes. Quien no va consciente con l@s Quijotes está promoviendo los Taifas, aunque no se dé cuenta de ello.
El proyecto Dreams in White, acabada su segunda edición, no ha terminado. Le espera la tercera. El 16 de abril, en Alicante. Me apunto, sin ningún género de dudas. Ramón Torrelledó, me tienes entre los tuyos sin restricciones.
Mi profunda gratitud a Javier Fur Quesada (Círculo de Economía) y a todo el Grupo Marjal por la invitación anoche. Me siento parte de la familia y lo sabéis.
Johan Strauss padre compuso en 1848 una Marcha en honor a Johann Joseph Wenzel Graf Radetzky von Radetz, noble y militar bohemio del Imperio austriaco que nació en Chequia en 1766 y murió en Milán en 1858. Radetzky luchó en las guerras contra Napoleón y en la revolución de 1848 y destacó por su valor. Llegó a ser mariscal de campo con 70 años y gobernador de Lombardía. Sus soldados le llamaban Vater Radetzky (padre Radetzky) porque le idolatraban. Venció en la batalla de Novara (1849) y murió en activo a los 92 años. Tras su muerte, su ejército se desintegró, derrotado en cada batalla. Tiene una placa en el Palacio Edelman en la República Checa. Un quijote universal. Además del Concierto de Año Nuevo, la Marcha Radetzky se interpreta en los partidos de la selección austriaca de fútbol.