Comienza septiembre (laboralmente) y los hacemos con un clásico de Neil Diamond, ‘September Morn’ (ya sabes que hay versión francesa de Gilbert Beacud y en castellano de Andrea Bocelli).
Ayer fuimos a ver al cine ‘Quien a hierro mata’ de Paco Plaza con Luis Tosar en un recital interpretativo y unos secundarios de lujo: María Vázquez, XAn Cejudo, Enric Auquer, Ismael Martínez. Mario es un enfermero que pronto va a ser padre y recibe en su residencia de ancianos a un narco, Antonio Padín, de quien se va a vengar. Espléndido guión de Juan Galiñanes y Jorge Guericaechevarría. Producida por Atresmedia, con el ICAA, la Televisión de Galicia, Movistar+ y Netflix. Ambientada en Cambados (Pontevedra) y en la ría de Arousa, es una excelente reflexión sobre el siempre amargo sabor de la venganza y sobre la necesidad de apartarse de la mala gente. Una importante lección.
De la prensa de ayer domingo, te propongo el artículo de Rosa Carvajal (La Razón, Empleo y Formación) sobre el paro senior: ‘Reengancharse al mercado laboral, una carrera de fondo’. El desempleo de los mayores de 50 años ha subido el 100%. Rosa nos cuenta el caso de Arturo Gómez Quijano (profesor de ESIC) y de Julio García Chao, que trabajaba en una multinacional tecnológica. Profesionales sobrecualificados, sin oportunidad en el mercado laboral. En la plataforma de Más humano hay más de 16.000 personas capaces y con compromiso. El networking (las redes de contactos) resultan esenciales. En la última década la población activa de más de 55 años ha crecido un 45%. Sarah Harmon, ex CEO de LinkedIn y nueva CEO de Habitissimo anima a los seniors a salir de la zona de confort.
Me gusta el concepto de “Silver Surfers” (Raquel Roca, cazadora de tendencias, ha publicado un libro con ese título). En palabras de Raquel: “Silver surfer es quien, a partir de los 40 años, se preocupa por cuidar y planificar su nueva longevidad profesional. Puede haber pillado este tsunami de cambios vertiginosos entre lo digital y lo demográfico al profesional con 40, 50 o ya entrados los 60 años, no importa, siempre y cuando tenga interés en mantenerse activo, quiera aportar —y revolucionar— a la sociedad, desea que esa sociedad a su vez siga teniendo un hueco visible para los mayores, le duele y actúa contra la discriminación por cuestión de edad (edadismo), quiere preparar tu vida de retiro (la de la vejez real) de la mejor de las maneras, desea seguir aprendiendo para surfear las olas de cambio digital y quiere seguir estando -o empezar a estar, da igual cuantos años le caigan— en la cresta de la ola profesional”. Hemos de luchar por la empleabilidad y en contra del “edadismo”, una discriminación repugnante, como el racismo o el sexismo. Ya afecta a los mayores de 40 años, es decir todos los que no son Millennials ni Centennials.
En Innovadores, también en La Razón, su director Eugenio Mallol, se pregunta si el IBEX habría lanzado a Rosalía. Por supuesto que no. ¿Por qué? Mallol nos responde: actitud reticente de la alta dirección, exceso de burocracia, presupuesto ínfimo para el desarrollo. Y concluye: “¿Se prepara en filiales de otros países una ola de reconversión de directivos en España? Al tiempo”. Yo apuesto por ello, Eugenio.
En El País, Fernando Vallespín escribía sobre ‘Vicios privados y desastres públicos’: https://elpais.com/elpais/2019/08/31/opinion/1567254960_205195.html
Importa que ganen los nuestros, no que ganemos todos. Para salvaguardar la democracia (lo ha dicho The Economist) cuidado con los actores políticos y su cinismo. El sectarismo socava las raíces de este modo de gobernarnos. Vallespín concluye: ” ¿para qué queremos un Parlamento que es incapaz de ponerse de acuerdo para poder operar como tal? ¿para qué una democracia que no se sabe gobernar? “. Entretanto, los contertulios (amiguismo frente a meritocracia) han sustituido a los intelectuales. José Luis Balbín, a sus casi 80 años, se estará rasgando las vestiduras.
Alejandro Amenábar, que pronto presenta película sobre Unamuno y el comienzo de la Guerra Civil (‘Mientras dure la guerra’), entrevistado por Borja Hermoso: “No se puede hacer cine al dictado del público”. De ‘Tesis’, ‘Mar adentro’ y ‘Los otros’ a ‘Ágora’ y el fiasco de ‘Regresión’. Además de su nueva cinta, una serie para Movistar+, ‘El tesoro del Cisne Negro’. “No tengo mucho contacto con el glamour del cine, no tengo representante, me gusta la calle, no las zonas vip”. Se considera “un animal de películas”, de guiones rápidos y carrera lenta (y profunda).
Rosa Montero, también en El País Semanal, nos comentaba “la falacia del Nirvana”: engaño argumentativo que sostiene que, hasta que no se arreglen del todo todos los problemas. no se puede intentar solucionar ninguno. Ella se ocupó de un perro vagabundo en un bello pueblo turístico portugués.
Y en El Mundo (Crónica) Esther Mucientes escribía sobre ‘David Broncano. El “golfillo” que revoluciona el gallinero’. Todo el mundo le quiere, todo el mundo quiere ser como él. A sus 34 años, tiene dos premios Ondas, unos 600.000 € en el banco (siempre se lo pregunta a los contertulios) y el programa ‘La resistencia’. El nuevo emperador de los Millennials.
‘La Resistencia’ es un programa dirigido por el humorista Ricardo Castella (Madrid, 1974). Estudió Teleco pero lo abandonó por los monólogos (llegó a dirigir los monólogos de la Paramount Comedy). En ‘La Resistencia’ hay monólogo de inicio, pero sobre todo las entrevistas, frescas y descaradas, que son monólogos en sí mismos.
Un ejemplo: la entrevista a Hinds. Le hicieron bailar a Broncano.