Anoche estuvimos viendo un episodio (en realidad, la reposición de un programa de enero de 2017) de la versión española de ‘El jefe infiltrado’. Puedes verla en https://www.atresplayer.com/lasexta/programas/el-jefe-infiltrado/temporada-4/capitulo-2-captulo-porronet_5a9539187ed1a8cd77b5cf72/
En una empresa de calzado, la Directora Financiera (uno de los cuatro hijos del fundador, que no tiene contacto con los empleados) se “infiltra” durante cuatro días en sus fábricas. Una buena ocasión para reflexionar sobre los Pecados contra la Calidad Directiva que afectan a la mayor parte de nuestras pymes:
- No hay separación entre propiedad (los accionistas) y gestión, por lo que la creación de valor no se optimiza.
- No hay un plan de acogida formal (la nueva empleada, sin experiencia en el puesto ni en el sector “cae” para que otr@ trabajador/a “le enseñe” en el propio puesto de trabajo).
- Los mandos intermedios (los de verdad) brillan por su ausencia. Los equipos son “autodirigidos”.
- En términos de cultura corporativa, destacan los que más gritan, los más bravucones. No hay un “estilo propio” de hacer las cosas en la empresa.
- La nueva empleada (por muy “jefa” que sea) no aporta nuevas ideas; está como una mandada a lo que le digan, y se asume como lo normal.
- No se mide casi nada (lo que no se mide no se consigue) y por ello se trabaja a destajo, al más puro estilo taylorista que haría las delicias de Charles Chaplin en ‘Tiempos modernos’.
- El despilfarro (en stocks, en mermas, etc) es descomunal y no pasa nada. En lugar de eficiencia e innovación, el “siempre se ha hecho así” y repercutirlo en el precio final.
- Se malentienden conceptos como el compañerismo, la confianza y el compromiso, por no hablar del trabajo el equipo, la proactividad y la resiliencia.
- El jefe no tiene la menor idea de dar un reconocimiento positivo ni consructivo (imagino que estará guionizado por quienes no trabajan en la compañía).
- Eso sí, emplead@s que no son precisamente un modelo de conducta (por descuidados, poco profesionales o tiranos) son premiados porque tienen problemas personales.
- En definitiva, un SinDios a la mayor gloria del espectáculo televisivo.
Según el informe ‘Management as a technology?’ de finales de 2014, un 25% de la productividad directiva puede achacarse pura y simplemente a la calidad directiva. Según el Foro Económico Mundial (informe de competitividad mundial), España ocupaba en 2016 el puesto nº 49 del mundo (muy lejos de la posición 12ª que nos correspondería por el tamaño de nuestra economía, siendo el 4º país del mundo por sus escuelas de negocios), habiendo perdido 22 posiciones desde el inicio de la crisis (España era la nº 27 en 2007). En marzo de 2016, el gran Emilio Ontiveros en su artículo ‘Calidad empresarial y prosperidad’
https://elpais.com/economia/2016/03/22/actualidad/1458646066_409027.html
se hacía eco de las investigaciones de D. Andrews y B. Westmore publicadas en ‘Managerial Capital and Business R&D as Enablers of Productivity Convergence’ (OCDE, 2014) que demostraba que el aumento de productividad se debía a las tres variables internas de la Productividad Multifactorial (MFP): calidad directiva, talento e innovación (es decir, liderazgo, talento e I+D+i, tres versiones de la misma historia), y de otro informe de la OCDE, The Future of Productivity, que adviertía que la difusión del conocimiento no puede darse por garantizada, sino que va a depender en gran medida de las capacidades empresariales para captarla. ¿Learnability sin auténticos líderes? Una fantasía, una quimera.
Para colmo, la digitalización no como transformación integral sino como excusa para no desarrollar el talento directivo. El talento que no se aprecia (crece, se desarrolla, aprende), especialmente el directivo (el liderazgo), se deprecia… y a qué velocidad.
Pero vayamos con las buenas noticias. La casa de papel, parte 3, dos semanas después de su estreno en Netflix, la han visto más de 34 millones de personas (más de 24 millones han visto los 8 capítulos enteros). Es el mayor éxito de habla no inglesa en la plataforma, el contenido más visto en España, Francia, Italia, Portugal, Brasil, Chile y Argentina. ¿Qué segmentos la siguen? Varios, desde los 16 años hasta los 70. Netflix, en Tres Cantos, ya está preparando la cuarta temporada.
Al parecer, sobre la máscara que llevan los atracadores en la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, se debatieron los creadores entre Don Quijote y Salvador Dalí. ¿Por qué el genio de Figueres? Así opinan los protagonistas de la serie:
ÁLVARO MORTE – EL PROFESOR
“Para mí esta máscara significa muchas cosas, pero sobretodo significa el espíritu que encarna a la resistencia. Creo que hay mucha gente que se ha enganchado con ‘La casa de papel’ por ese sentimiento que provoca que el pez pequeño puede contra el pez grande, todos nos hemos sentido así en alguna ocasión y para mí, más allá de las muchísimas cosas que significa, lo que más representa esta máscara es ese espíritu de resistencia que creo que todos deberíamos tener ante cualquier injusticia”.
JAIME LORENTE – DENVER
**“El hito de mi vida en todos los sentidos, a nivel actoral y social como ya lo pueden ver”.
ESTHER ACEBO – ESTOCOLMO
“Para mí es un viaje. Un mágico viaje en lo profesional y personal en un lugar maravilloso”.
ALBA FLORES – NAIROBI
“Es una locura surrealista, esa en la que estamos ahora mismo”.
DARKO PERIC – HELSINKI
“Mucho calor y una gran locura”.
PEDRO ALONSO – BERLÍN
“Es un símbolo de un espíritu que tiene que ver con el artista que de pronto ha trascendido ciertos límites y ha servido como soporte para hacer visible una forma de resistencia con corazón y humor”.
ITZIAR ITUÑO – LISBOA
“Es un loco maravilloso. Creo que cuando te pones esto (la máscara de Dalí) empiezas a ver el mundo de otra manera, un lugar más justo. Para mí significa la locura maravillosa que tenía Dalí”.
RODRIGO DE LA SERNA – PALERMO
“Esta máscara es un objeto de consumo de masas, pero alguna vez fue un pintor que también trabajó para las masas. El arte es algo con lo que yo voy, esto lo confirma”.
LUKA PEROS – MARSELLA
“Es un símbolo, es un símbolo global. No solo de la serie, sino de un ideal de resistencia, pero a mí me gusta Salvador Dalí más allá de esta máscara, pero igual está genial”.
Ayer en Cinco Días se preguntaban por qué la marca de Dalí sigue viva (más que nunca, en realidad, porque la Fundación está gestionando unas 278 peticiones al año de productos ligados a su imagen). Juan Manuel Sevillano, gerente de la Fundación Gala-Dalí, explica que la fuerza de su marca es por su capacidad de anticiparse: “entendió mejor que nadie cómo llevar el arte a las masas y abrazar las nuevas tecnologías”. Y añade: “cada generación redescubre la obra de Dalí”. Pablo Alzugaray (CEO de Shackelton) explica que Dalí significa resistencia, provocación y ruptura (¿no quiere todo el mundo ser “disruptivo”?).
Le he preguntado a mi buena amiga Diana Orero, una de las personas más creativas que conozco, por la relación entre la marca Dalí y ‘La casa de papel’. Esto es lo que me ha explicado: “Dalí es muchas cosas, pero por encima de todas, surrealista. Y si algo tienen en común las temporadas de ‘La casa de papel’ es justo eso: lo surrealista de sus atracos. El surrealismo trata precisamente de ver las cosas como nadie más las ve. Dalí es uno de los pintores más transgresores que hay, lo que le ha hecho reconocible y reconocido. Acercó su arte a las masas, perro sobre todo se acercó él. Esa es otra de las claves de la serie, que pasará más a la historia por sus personajes que por lo que hicieron. Desconozco el motivo por el que eligieron la máscara de Dalí como símbolo de la serie; sin embargo, no hay nada más humano que ponernos máscaras (el personaje) para darnos a conocer y por ello la de Dalí va que ni pintada”. Brillante esa conexión entre surrealismo, transgresión, arte de masas y vulnerabilidad.
El propio Salvador Dalí creó en 1983, 6 años antes de su muerte, una Fundación para proteger su legado cuatro museos: el Teatro-Museo de Figueras, el Castell Gala-Dalí de Púbol, la Casa-Museo de Portlligat y la colección de sus joyas (también en Figueras): 1’3 millones de visitantes al año, la mayoría franceses (23%) y estadounidenses (10%) pero también alemanes, italianos o rusos, con exposiciones itinerantes en Nápoles, Sevilla, Dallas o Londres. Una inversión de la Fundación de 6’7 millones de euros en concesiones.
Es lo que tiene ser un genio. Te recomiendo la entrevista del gran Joaquín Soler Serrano (A fondo, 1977):
http://www.rtve.es/alacarta/videos/a-fondo/salvador-dali-fondo-1977/4598867/
Los inconfundibles bigotes de Salvador Dalí son el resultado de sus principales influencias: Josep Margarit (1602-1685) y Diego Velázquez (159-1660). El político y militar catalán le aportó rudeza, capacidad, intelectualidad; el pintor sevillano, sensibilidad, misterio. La mezcla resultó explosiva. El referente del surrealismo pensaba que “el tiempo es Dios, Dios es el tiempo” y así los relojes derretidos (el concepto de “kairós” frente a “kronós”). Las hormigas como representación de la muerte (a los cinco años las vio devorando a un insecto moribundo). Las muletas como lo que hay detrás de lo onírico. El futuro a lomos de un elefante (que carga al poder). Los cajones que entreabren la vida. la compleja mente humana (en casa de Freud vio un caracol sobre una bicicleta). El huevo como esperanza (sus padres tuvieron un niño que murió a los 5 años y le habían llamado Salvador; Dalí fue nombrado en un honor a su difunto hermano mayor). El miedo al sexo, al placer (la mantis religiosa, Gala). Gracias, Diana Garrido, por abrirme los ojos al simbolismo daliniano en culturacolectiva.com
Y por supuesto, mi gratitud a mi hija Zoe, que me ha enseñado todo esto de Dalí y La casa de papel.
La canción de hoy te la imaginas. De Mecano, ‘Eungenio Salvador Dalí’ (1988), en el CD ‘Descanso domincal’. Una obra de arte compuesta por José María Cano (no salió en single para evitar que se pensara que Mecano se lucraba con la muerte del pintor). Un homenaje en toda regla: cuando Dalí se “decolora”, repasan en la primera parte su vida y en la segunda su obra.
“Dios está en el pecho de un hombre bueno” (Salvador Dalí). “Creo que la vida debe ser una fiesta continua” (el mismo).