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Las imperfecciones del cerebro que lo hacen especialmente valioso

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Anoche estuvimos viendo en Movistar+ ‘La sociedad literaria y el pastel de piel de patata’ (2018), una película británica dirigida por Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral, La sonrisa de Mona Lisa) e interpretada por Lily James (Cenicienta, El instante más oscuro, Mamma Mia 2, Yesterday) y Michiel Huisman. En 1946, una escritora recibe una carta de un club literario de la isla de Guernsey creado durante la ocupación nazi. Y se propone visitarles para contar su historia. Este es el trailer:

https://www.imdb.com/title/tt1289403/videoplayer/vi3099899929?ref_=tt_pv_vi_aiv_1

Estrenada en nuestro país el último fin de semana del pasado octubre, esta cinta basada en la novela de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows fue coproducida por Amazon y Canal+. Un bello relato sobre la amistad, la compasión en tiempos difíciles y el poder de las buenas lecturas.

Hablando de lecturas, he estado leyendo un libro fabuloso, ‘Errar es útil. Cuando equivocarse es acertar’, del bioquímico y neurocientífico alemán Henning Beck, que trabaja en el Scene Grammar Lab.

La tesis de Beck, demostrada científicamente, es que el cerebro humano es altamente imperfecto y eso es precisamente lo que le hace único. ¿Imperfecto en qué? En:

  1. Olvidar. Sólo retenemos lo que consideramos importante. Tenemos un probador para los recuerdos (por ejemplo, el Logo de Apple: sólo 1 de cada 85 personas lo recuerda con todos los detalles). El verdadero punto fuerte del cerebro es recordar lo que quiere (marcapáginas mental). Olvidamos para retener.
  2. Aprender. Se nos da mal aprender de memoria; lo que queremos es comprender el mundo. Tenemos una orquesta de neuronas … sin director. “La música es a la orquesta lo que el pensamiento es al cerebro”. La red neuronal es arquitectura y conexiones. Entrenando aprendemos mejor (y peor, porque el aprendizaje es emocional y los hechos, sólo los hechos, aburren). “Massive learning” (aprendizaje masivo) y principio lasaña: las interrupciones son las que permiten el aprendizaje. Nuestro cerebro no trata de aprender, sino de comprender (deep understanding). De ahí la importancia del pensamiento conceptual (y de tener una educación generalista).
  3. Memorizar. Es mejor tener un falso recuerdo que ninguno. La vulnerabilidad de nuestra memoria (es escasa, imperfecta, se falsea). Un recuerdo artificial también puede ser real. Sí, la memoria es una basura considerable desde el punto de vista de la exactitud, pero “aunque no sea cierta, es coherente”.
  4. Quedarse en blanco. Fracasamos bajo presión y sentimos miedo escénico. Son las trampas del “paso a paso”, de “no pensar en un conejo de peluche rojo”, de la distracción, de la sobreexcitación. Si el control es bueno, la confianza es mejor. Para superar el miedo a hablar en público, reconocerlo y entrenar (“cualquier inseguridad acaba de inmediato en un fiasco”).
  5. Calcular el tiempo. Siempre nos equivocamos al valorarlo y por ello creamos recuerdos importantes. El tiempo causa problemas; caemos en la trampa de la planificación porque no tenemos consciencia temporal. Con la edad, el tiempo pasa volando. Sufrimos distracciones cronológicas (lo que es una ventaja) porque el cerebro odia a muerte esperar.
  6. Aburrirnos. No podemos desconectar jamás y del sueño diurno (daydreaming) surge la ociosidad. Al cerebro no hacer nada (el dolce far niente) no se le da bien. La impresión fuerte es menos irritante. ¿Te aburres? Haz algo. Como el cerebro es incapaz de desconectar, el sueño diurno es media ganancia (ocio creativo). Alternar tensión y distensión es un arte (“los instantes de ocio incorporados con esmero no deberían estar mal vistos en nuestra sociedad”).
  7. Distraernos. Es sencillo distraerse y las distracciones nos hacen más creativos. Tenemos en el cerebro un “filtro contra el correo basura (Spam)” y una antecámara: el tálamo del diencéfalo. Es un filtro desbordado. Beck pone como ejemplo el experimento del gorila (que conté en su día en este Blog). Ceguera en la atención, engaños en la distracción. Distracciones productivas, inspiradoras y dieta cognitiva (“Que un hecho nos distraiga o estimule la creatividad dependerá del tipo de planteamiento y del entorno”) .
  8. Numerar (Matemáticas). Nuestro cerebro funciona mejor sin números. Para el cerebro, los números no tienen valor, aunque tienen buena fama porque se consideran objetivos y concretos. El cerebro prefiere los patrones en lugar de números. El lenguaje del cerebro no es hacer cálculos sino el pensamiento abstracto.
  9. Decidir. Arriesgamos demasiado y, aún así, tomamos decisiones inteligentes. Nuestras decisiones no son aritmética, sino pálpito, porque: el afecto establece la dirección, integramos sentimientos y hechos, motivamos a la acción. Mantenemos el criterio del jugador, con aversión al riesgo (la media descarga genera un ánimo negativo). El mundo es de los valientes, y “una vez visto todo el mundo es listo”. Somos mucho más que un mero autómata biológico.
  10. Elegir. Decidir es un suplicio y a pesar de todo elegimos lo correcto. Tenemos fuerza de decisión y debilidad de elegir (de llevarlo a la acción). Es nuestro talón de Aquiles (más vale reducir opciones). También en el cerebro hay “presión de costes”. Para evitar en lo posible el suplicio de elegir, hemos de: concretar el objetivo, sentirnos satisfechos, decidir cosas importantes por intuición, combatir la diversidad (exceso de opciones), ponernos un poco bajo presión. “La emoción lo es todo para el cerebro”.
  11. Patronizar (Patrones mentales). Los prejucios nos ayudan, si bien hay trampas de estereotipos. Ante el exceso de información, utilizamos los patrones mentales. Sentimos “abucheos mentales” (como si un monologuista llevara la bufanda del equipo rival) y “juntamos lo que no va junto”. ¿Prejuicios? Más bien post-juicios. La opinión social nos afecta y nos dejamos engañar por los estereotipos (para evitarlo, hemos de ser conscientes de ello).
  12. Motivarnos. Nos frena la pereza y necesitamos motivarnos. Nos sentimos motivados cuando deseamos una gran recompensa. En el cerebro, el núcleo accumbens se encarga de la anticipación del placer, de la expectativa: sentimos un impulso inherente. No funciona “cuando nosotros no nos importamos” (autoestima). Cuidado con el “zángano interior”, con la recompensa inmediata (Walter Mischel, test de las chuches, 1970). Sistemas frente a la desmotivación: individual en vez de grupal, que la recompensa dependa del rendimiento, recompensar por las actividades intelectuales. 3 potenciales de motivación: “las personas quieren ser mejores”, “las personas quieren ser autónomas”, “las personas buscan el reconocimiento social” (Propósito, Autonomía y Maestría de Daniel Pink). “Lo último en recompensas es el respeto de los demás”.
  13. Crear (Creatividad). No funcionamos a golpe de tecla; tenemos pensamientos creativos. Es la disciplina reina del cerebro humano. Inteligencia (medida por el CI) frente a Creatividad (nuevas respuestas). Al pensar el doble retenemos mejor. El estrés es un regulador de los contrastes en el cerebro y la noradrenalina nos sirve de “anteojeras bioquímicas”. El buen humor provoca mejores ideas; el precio a pagar por ser originales es la crítica social. Para encender la bombilla hemos de agitar las ideas. “La creatividad absoluta no existe, y menos aún el camino óptimo para alcanzarla”.
  14. Caer en el perfeccionismo. Necesitamos equivocarnos para mejorar. Sí, el ordenador nos gana al ajedrez (Kasparov contra Deep Blue, mayo de 1996), pero nunca aprenderá como los seres humanos. Hemos de seguir cometiendo errores, “¡Adelante, siempre adelante!”.

Henning Beck nos da un consejo final: “Sigue siendo imperfecto, pero único”.

Un libro estupendo. Muchas gracias, profesor Henning Beck. Eres un genio.

La Digitalización nos aporta gestión de datos (Big Data), información, algoritmos (Inteligencia Artificial)… complementa al ser humano pensante, no lo sustituye. Nos queda a los humanos lo mejor: el pensamiento crítico, la intuición (pensamiento conceptual), la creatividad, la emocionalidad. Como escribí en un artículo reciente, las islas CIEs (Creatividad, Intuición, Emocionalidad) que marcan la diferencia: modelo “Ironman”, no “Terminator”. No caigamos en el error de educar para ser máquinas ni de la conformidad social/pensamiento de grupo/obediencia a la autoridad.

La canción de hoy, ‘Neverending story’ en la versión de Stranger Things 3 (Cosicas raras).

Tan ochentera como actual.


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