Estupenda la cena de gala anoche tras el III Encuentro Anual de ANAEDE (la asociación Nacional de Mujeres Empresarias, Directivas y Ejecutivas) en el Hotel Suecia. Mi gratitud a Concha y a las decenas de participantes en el encuentro. Estoy convencido de que ANAEDE, que firmó un acuerdo con AMDE (Asociación de Mujeres Directivas de Madrid, que preside Sara Navarro) es y será una de las de las principales plataformas de la sociedad civil en España.
He estado leyendo el esperado libro de Hans Rosling, ‘Factfulness. Diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo y por las que las cosas están mejor de lo que piensas’. Un texto que Bill Gates considera “una obra maestra”. Rosling (1948-2017) fue médico, profesor de salud y reconocido divulgador. Asesor de la OMS y de UNICEF, cofundador de Médicos Sin Fronteras en Suecia y de Gapminder. Sus charlas TED han recibido más de 35 M de visitas. Falleció el año pasado víctima de un cáncer de páncreas. Su hijo y su nuera son coautores del libro.
El autor parte de un pequeño test (13 preguntas con 3 opciones cada una) que reta nuestra forma de ver el mundo. Y compara las opiniones (por países) con una muestra de lo que responderían chimpancés. Ni que decir tiene que los humanos tenemos una forma más dramática (y menos real) de ver la realidad actual. El factfulness es la objetividad, remitirse a los hechos y no dejarse llevar por el dramatismo. Hans divide el mundo en cuatro niveles según ingresos y nos muestra que la humanidad está mejorando considerablemente.
Hay diez instintos que nos penalizan:
- El instinto de separación (nosotros vs ellos). Tengamos cuidado con las comparaciones de medias, de extremos y con la vista desde arriba (imagen distorsionada).
- El instinto de negatividad (la estadística como terapia). Hay 16 cosas malas que disminuyen (esclavitud, vertidos de petróleo, infecciones por VIH, pena de muerte, mortalidad infantil, accidentes aéreos mortales, explotación infantil, armas nucleares, viruela, deterioro del ozono, hambre, etc) y 16 cosas buenas que van aumento (alfabetización, ciencia, música, cine, escolarización de niñas, especies protegidas, agua, móviles, internet, vacunación). Distingamos un nuvel de una dirección (tendencia), sepamos que la mejora gradual no es noticia y cuidado con la nostalgia (el pasado color de rosa).
- El instinto de la línea recta. La población mundial crece en forma de S (11.000 M en 2075), en equilibrio con la naturaleza. No demos por sentado que el crecimiento es en línea recta.
- El instinto del miedo. Calculemos los riesgos, porque no es lo mismo el miedo que la realidad. El riesgo es peligro por exposición. Hemos de tranquilizarnos antes de seguir adelante.
- El instinto del tamaño. Para controlarlo, pongamos las cosas en proporción: comparar, Pareto (80/20) y dividir (índices).
- El instinto de generalización. Busquemos diferencias dentro de los grupos, similitudes entre grupos, tengamos cuidado con “la mayoría”, con los ejemplos intensos y aceptemos que la gente no es tonta.
- El instinto del destino. Frente a él, controlar las mejoras graduales, actualizar los conocimientos, comparar nuestros valores con los de nuestros abuelos y recopilar ejemplos de cambios culturales.
- El instinto de la perspectiva única. Hemos de poner a prueba las ideas, los conocimientos limitados, los martillos y clavos, los números pero no sólo los números (por ejemplo, Cuba es el país con menos enfermos entre los pobres y EE UU el de más enfermos entre los ricos). Y cuidado con las ideas sencillas y las soluciones sencillas (populistas).
- El instinto de la culpa: a empresas, periodistas, refugiados, extranjeros, gobernantes poderosos, instituciones, Tecnología… Busquemos causas y no villanos, busquemos sistemas y no héroes.
- El instinto de la urgencia. Los 5 riesgos globales de lo que sí deberíamos preocuparnos es el de la pandemia mundial, la crisis financiera, la III Guerra Mundial, el cambio climático y la pobreza extrema. Frente a la urgencia, respirar, insistir en los datos, cuidado con los adivinos (“cualquier predicción sobre el futuro es incierta”) y con las acciones drásticas, de las que hemos de desconfiar.
La Objetividad tiene consecuencias en la educación, la empresa, los periodistas-activistas-políticos, las organizaciones. “Si tenemos una visión del mundo basada en datos reales, podemos ver que el mundo no es tan malo como parece y podemos ver qué tenemos que hacer para que siga mejorando”.
Entiendo que para Bill Gates (un intelectual introvertido, un 5 del Eneagrama) ‘Factfulness sea una obra maestra. Me parece una obra interesante, plena de documentación, con una tesis valiosa (similar a la del nuevo libro de Antonio Garrigues Walker: “No estamos tan mal”). Y me ha recordado aquella frase de Otero Novas, el ministro gallego de la época de Adolfo Suárez: Usted puede tener opiniones distintas a las mías, pero no datos distintos a los míos”.
La canción de hoy, Don’t stop me now’, de Queen, dedicado a las líderes de ANAEDE
La entrada Objetividad: A los datos me remito se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.