Empiezo el año de verdad, en términos laborales, con un viaje a Milán (ida a las 8 de la mañana, vuelta a las 6,20 de la tarde). Reuniones con directivos europeos para hablar de Estrategia, Liderazgo y Talento. Y en la ciudad de Leonardo (Da Vinci es mucho más milanés que florentino, ¡qué duda cabe!). Un excelente comienzo de año.
He estado releyendo Yo también puedo emprender, de Pablo Claver con prólogo de Núria Vilanova. Pablo Claver, emprendedor desde los 9 años (vendía cromos en el Rastro de Madrid y bocadillos en el circuito del Jarama), es licenciado en Gestión Comercial y Marketing por ESIC, PDG por el IESE y antes de los 30 había fundado tres empresas. Como Director General del Grupo Demos en Colombia y Perú, fue un estupendo anfitrión en mi última visita a esos dos países que adoro. Gracias, Pablo, por el regalo de tu libro y por esos días en Bogotá, Medellín y Lima no hace tanto tiempo.
La introducción del libro se titula “Yo no soy Steve Jobs”. Como escribe Núria en el prólogo, “Afortunadamente, no. Ésta es una lección de cómo emprender buscando ser feliz. Desde la humildad y el tesón. Disfrutando los éxitos. Eso. Es un modelo de cómo emprender con naturalidad”.
Pablo divide el texto en ocho bloques:
1. Por qué emprender: por satisfacción personal (el mejor de los motivos), por hacer las cosas bien y ser feliz. A cada paso te haces más fuerte. Hay que empezar por buen pie y sin (mucho) dinero, porque mantienes tu actual puesto de trabajo, porque dedicas unas horas a una actividad remunerada, por que no gastas. Las claves, según el autor, son tener un objetivo claro y que nada te pare.
2. Los recursos humanos en la empresa. “Si no hay equipo, no hay empresa”. Seguro que se cometerán errores, pero lo importante es la felicidad laboral (en desayunos, cumpleaños, cenas de navidad y verano, convenciones), no dejar de aprender (es un “cole de mayores”) y un exquisito trato humano (por ejemplo, despidiendo con buen gusto).
3. El marketing, la publicidad y las ventas son compañeros inseparables. “Vender o morir”. El cliente es el sentido de la vida. Las claves son investigar todo lo que puedas sobre tu negocio, antes de pasar a la acción, aprender sobre tus clientes, tomar las quejas como un regalo, cuidar el precio y el servicio, la imagen y la marca (la publicidad es esencial).
4. Las habilidades directivas. El/la emprendedor/a es el/la chef de su empresa. Los ingredientes de esta receta son la positividad, cuidarse (la salud) y cuidar (a tu gente), poner pasión, cambiar los malos hábitos antes de que sea demasiado tarde, predicar con el ejemplo, gestionar el tiempo (diferenciar lo importante de lo urgente, delegar), no olvidarse de las relaciones públicas, ser consciente del poder del equipo, innovar.
5. Contabilidad y finanzas. Se trata de dormir tranquilo, evitar las deudas, cumplir con la ley, contar con el Estado y prever las indemnizaciones. El más preciado tesoro es la caja, y por ello saber cobrar es vital.
6. El plan de negocio. Hay que hacer un plan útil (y no en una servilleta), pensando qué quieres ser en cinco años y con un buen abogado para formalizar la empresa.
7. Crecimiento de la empresa. Con los pies en el suelo y la vista en el cielo, crecer (diversificando, con I+D, tal vez subiendo precios, ampliando, internacionalizando).
8. Vender o comprar una empresa o negocio. Como dice Pablo, todo se vende o se compra (vender la propia empresa, comprar la empresa en la que estás trabajando). Saber poner precio a tu esfuerzo.
Parecería que lo que nos cuenta Pablo Claver es puro sentido común. Pero, desgraciadamente, no suele ser práctica común. Como comento en el elogio del libro, Pablo es un emprendedor de reconocida solvencia (a ambos lados del Atlántico) y nos enseña paso a paso cómo hacerlo de verdad.
Mi gratitud a las personas emprendedoras, por cuenta propia o por cuenta ajena, que se sienten “presas” de un proyecto vital en el que luchar. Se presenta un 2014 apasionante, ya verás que sí.