Jornada entre Madrid y la Comunidad Valenciana, en el Día Internacional de la Mujer. Por la mañana, trabajo de proyectos y propuestas, de Centro de Excelencia (sobre la “Gestión Integral de Carreras”, un aspecto esencial que ocupa a las mejores compañías y que debe formar parte del núcleo de su PVT, Propuesta de Valor al Talento), de “Valor Compartido” (la Responsabilidad Social Corporativa, en una nueva dimensión y de MLP (Modelos de Liderazgo Propio) de nuestras empresas clientes. Sin MLP, el retorno de la inversión en habilidades directivas es prácticamente cero. Por la tarde, AVE a Castellón y primera sesión de Coaching Estratégico con un directivo de alto nivel de una de las principales empresas de la CV. En otros casos, lo haremos virtual, pero el primer encuentro de coaching ha de ser presencial.
Día de reivindicación de equidad de género, algo absolutamente necesario. Sin embargo, quisiera compartir algunas reflexiones (no quiero estar en posesión de la verdad sino que aprendamos junt@s):
– A la equidad de género much@s lo llaman “igualdad”. Hay que recordar las enseñanzas de Aristóteles: equidad es “tratamiento desigual de situaciones desiguales”. La igualdad puede ser “café para tod@s” y, por tanto, profundamente injusta. Valoremos la diferencia en lo que merece. Nos quejamos en muchas ocasiones de lenguaje sexista y hemos de ser precisos con los conceptos.
– A la equidad se llega desde la inclusión consciente (ya sabes que tienes a tu disposición y la de tu organización consciente el modelo de siete pasos de Right Management). Inclusión fruto del compromiso de mujeres y hombres en la empresa, especialmente el/la CEO de la compañía y el primer nivel de dirección. Los hábitos injustos sólo se transforman desde la consciencia.
– Más allá de huelgas puntuales (cada persona es libre de hacer lo que quiera en un país democrático como el nuestro), las cuatro fuerzas que definen los nuevos tiempos (el Human Age, el Talentismo) las cuatro fuerzas que lo cambian todo son la revolución tecnológica, la individualización, el/la cliente con súper-poderes y la caída demográfica. Fuerzas poderosas que generan que la equidad no vaya a tardar más de 100 años, como se ha dicho, sino que debe producirse, imperiosamente, en esta generación. La tecnología como trampolín de talento no conoce de género. No podemos permitirnos contar poco con el 50% del talento. El poder está precisamente en el talento (el 90%, de hecho). Y l@s clientes/as tienen un gran poder, un poder creciente. ¿Qué pasaría (qué pasará) si los mejores empleados no quisieran desarrollar su talento en empresas poco equitativas, y si no quisieran comprar productos y servicios en organizaciones que no favorezcan la equidad de género? En el siglo XXI, enfilando la tercera década, son los clientes quienes deciden, quienes “votan” diariamente.
– La falta de equidad es, una vez más, una cuestión de Liderazgo: el “talento para influir decisivamente en l@s demás”, desde la credibilidad, la autoridad moral, el ejemplo. No podemos esperar de los capataces del “ordeno y mando” que sean equitativos (aunque no utilicen un lenguaje machista en público, porque no es políticamente correcto, sí lo hacen en privado, y sobre todo sus comportamientos les delatan). En el otro extremo, cuando l@s directiv@s son auténtic@s líderes que desarrollan la carrera de sus colaboradores, la equidad está garantizada.
– Como tenemos poco tiempo (“somos el tiempo que nos queda”, Caballero Bonald), no deberíamos caer en “trampas” como las cuotas. El debate “cuotas sí-cuotas no” es estéril, porque si sólo una de cada 16 CEOs es mujer, si una de cada seis directivos es fémina, la discriminación (aunque sea inconsciente), es un hecho. Fomentemos la meritocracia (valoración objetiva, con herramientas de assesment profesionales) y no las “opiniones” de sus jefes, en general más impulsivas que otra cosa, y avanzaremos en equidad.
– Si bien está demostrado que las empresas con al menos un 30% de directivas son un 15% más rentables que aquellas en las que la mujer directiva es una minoría, (algo que deberían considerar los inversores y accionistas), la inequidad es una cuestión de mentalidad (de mentalidad arcaica, caduca). En mercados globales, es inadmisible desde la pura naturaleza de las empresas, y por supuesto desde los valores de dignidad, libertad y justicia.
– El gran elemento liberador del talento y de la equidad de género es la Educación. Por ello, la Learnability (Aprendibilidad) es tan poderosa. Deja de aprender y te arrasará el tsunami, seas varón o hembra.
– Reconozcamos que el cerebro femenino ofrece diferencias respecto al masculino (como ha demostrado la neuropsiquiatra Louann Bizendine (UCSF: Universidad de California en San Francisco). La empatía, orientación al cliente, generación de redes, suelen ser ventajas femeninas. La autoconfianza y la visibilidad suelen ser ventajas masculinas. No hay competencia “innata”, inmutable; todo se puede, y se debe, desarrollar. La Inteligencia Emocional es el 90% del Liderazgo (masculino y femenino) y debemos desarrollarla constantemente.
– Ayudan al avance en la equidad de género políticas como la mentorización (cuidado con la disparidad entre “autoconfianza” y competencia: muchos hombres pecan de exceso de seguridad en sí mismos, hasta la soberbia y la arrogancia, en tanto que demasiadas mujeres no se valoran a sí mismas como debieran), el coaching ejecutivo, la atracción al talento desde una PVT claramente equitativa (de género, de edad, de etnia, de capacidades y discapacidades), la fidelización desde un Liderazgo integrador, el compromiso con una causa seas hombre o mujer.
– Finalmente, creo que es Cristina Almeida quien decía que tendremos equidad cuando esté una mujer poco competente al frente de una organización (en nuestro país, cuatro de cada diez directivos son tóxicos), una idea que conecta con aquélla de la Baronesa Thatcher (1925-2013): “En política, si quieres que algo se diga, pídeselo a un hombre; pero sí quieres que algo se haga, pídeselo a una mujer”. El Talentismo, con su globalización, su automatización y su humanismo, no se va a permitir mediocres, ni mujeres ni por supuesto hombres.
Hoy la canción es el maravilloso ‘Ay, mujer’ de Juan Luis Guerra:
www.youtube.com/watch?v=4m_1H3r0OiM
Mi gratitud a mi buen amigo Diego (que me ha dicho que la entrada de ayer en el Blog sobre “el cisne negro como animal de compañía” le encantó) y a todas las fantásticas féminas con las que tratamos de compartir nuestro Talento: compañeras, clientas, etc incluyendo mi hija Zoe, que estoy seguro vivirá en un mundo laboral mucho más equitativo.
La entrada 10 ideas sobre la Equidad de Genero se publicó primero en HABLEMOS DE TALENTO.