Viernes por la mañana en la Talent Tower: Reuniones comerciales, de Dirección de Right Management con mi “partner” María José, con una de mis coaches (gracias por ese café) y almuerzo (un espléndido cachopo asturiano) en La Clásica, Avenida de Burgos 20. A las 3 hemos visto en directo la clausura del Foro Económico Mundial en Davos con Donald J. Trump. Hemos de reconocer que el 45º presidente de los Estados Unidos ha realizado un buen discurso, sobre los logros económicos actuales de su país, el recorte fiscal, el nivel mínimo de desempleo de afroamericanos e hispanos y el boom bursátil. Se ha destacado como un presidente proveniente de la empresa (no un general ni un político) con ánimo desregulador que no está en contra del libre comercio, sino de los acuerdos injustos. El Foro de Davos, del que ManpowerGroup es Talent Sponsor desde hace 14 años, ha vivido este año su momento de mayor esplendor, con 3.000 líderes empresariales y sociales y 70 jefes de estado y de gobierno de todo el planeta.
En el AVE a Barcelona (mañana tengo el honor y el placer de impartir cinco horas de ‘Talentismo para emprendedores’ en el Master del Instituto de Pensamiento Positivo en la ciudad condal), he estado leyendo ‘De Pixar al cielo’ (en el original, ‘To Pixar and Beyond’, por lo que un servidor lo habría traducido como ‘Pixar: hacia el infinito y más allá’). Es la historia de Lawrence Levy, el director financiero que contrató Steve Jobs en 1994 para sacar Pixar a bolsa (en aquel momento, Jobs había invertido 50 M $ y no le generaba nada) y que en 2006 le propuso la venta a Disney por 7.600 M $ (diez años después, las acciones de Disney habían cuadriplicado su valor).
¿Qué lecciones podemos aprender de esta historia?
Primera parte:
- El proceso de atracción del talento. Jobs llama al autor una tarde de noviembre de 1994 (en ese momento, Lawrence era director financiero y VP de Electronics for Imaging, había estudiado Derecho en Harvard y sido socio de un prestigioso bufete del Silicon Valley que había sacado Apple a bolsa): “Soy Steve Jobs. Hace unos años vi una foto tuya en una revista y me dije que algún día trabajaríamos juntos”. Steve Jobs le interroga sobre su pasado, su familia y su carrera. Levy visita la sede de Pixar, se entrevista con su gente clave y le presentan sus productos (patentes, cortos y algunas escenas de lo que será ‘Toy Story’). Queda seducido, fascinado, enamorado. Cuando le pregunta a su mentor qué debe hacer, éste le aconseja que siga su instinto. “Tenía la costumbre de caminar cuando debía tomar decisiones difíciles. Aquel día debí de desgastar el suelo del vecindario”.
- El choque con la realidad: Planeta Pixar. “Steve nos paga, pero no ha sido nunca uno de los nuestros. Nos sentimos poco valorados, poco considerados”. Levy no encuentra un modelo de negocio viable: la patente (tecnología gráfica, su software Renderman) la estaban infringiendo Microsoft y Silicon Graphics (negocia amistosamente con ellos), los cortos no dan dinero, Toy Storyestaba prevista para noviembre de 1995 (el contrato de distribución con Disney era leonino). “Creo que no sabía dónde me he metido. Esta vez la he pifiado”. Jobs le dice: “Si Toy Story y otras dos películas tienen éxito, haremos algún dinero. Y luego podremos hacer lo que queramos”. Visionario.
- La necesidad de un modelo de negocio: ¿qué es una empresa de entretenimiento? Disney partió de un corto en 1928 (Streamboat Willie, el primero de Mickey Mouse) y un éxito como Blancanieves (1937); fundó una distribuidora (Buena Vista) en 1953, entró en Televisión en 1954 y parques (Disneyland) desde 1957. Lawrence leyó ‘La industria de la cultura y el ocio: un análisis económico’ (1986) de Hal Vogel. Hizo el primer modelo: sobre el talento, “habrá que tener bastantes proyectos para mantener al personal ocupado”.
- El impacto de la cultura: “¿Por qué hoy no se convertía Disney en Pixar?”, se preguntaba Levy. “Si Pixar triunfaba, ¿no querría Disney, líder en animación desde hacía dos generaciones, atribuirse la animación por ordenador? La respuesta es que lo haría, sin duda. Entonces, ¿qué se lo impedía? La respuesta, creo, tenía que ver con una cosa: la cultura”. Lawrence la define como “la invisible fuerza de la que la innovación depende”. Hollywood no era un semillero de creatividad, sino de agentes, abogados y contables.
- Compensación. “Si Pixar había fracasado en todos los frentes era porque sus empleados no tenían opciones de compra sobre acciones”, pensaba el Director Financiero. ·”Nadie se conformaría con ganancias escasas. Pixar quería triunfar por todo lo alto”.
Segunda parte:
- Los cuatro pilares. Además de hacer películas que fueran taquillazos, lo que tenían que hacer era: Cuadriplicar su parte de los beneficios, Conseguir como mínimo 75 M $ para costear su producción, hacer más películas (competir por el talento), Dar a conocer la marca Pixar en todo el mundo. Rentabilidad, financiación, productos, marca.
- La secuencia: salida a bolsa (OPV) que es “como ponerle turbo al motor”, elegir la junta directiva, los guardianes del capital (la banca de inversión: Goldman Sachs y Morgan Stanley se desentienden del proyecto), lanzamiento del producto. “La tecnología es la gran apuesta del entretenimiento” (Hal Vogel). La segunda semana de noviembre, contactos con los inversores durante dos semanas. Estreno de Toy Story el domingo 19 de noviembre en el cine El Capitán de Hollywood; el miércoles 22, en todo el país; el sábado siguiente, veredicto y a la semana siguiente, salida a bolsa. Todo dependía de la recaudación de la peli (más de 360 M $, tres Óscar) y del valor de la acción (empezó a 22 $, subió a 40 $ inmediatamente).
Tercera parte:
- El propósito: “película que salgan del corazón” (John Lassiter). “No se trata sólo de entretener. Se trata de contar historias con las que el espectador conecte emocionalmente. Y la manera de conseguirlo es hacer películas personales, que signifiquen algo para nuestros directores”. Productos y servicios con alma. “La decisión de quién controla los procesos creativos es una de las más importantes que la empresa puede tomar. El miedo y el ego conspiran para reprimir la creatividad y es fácil dejar que la inspiración creativa retroceda ante el institnto de seguridad. Una cosa es proclamar el lema: “Lo importante es la historia” y otra muy distinta es obrar de acuerdo con él”.
- Negociación: no obtienes lo que mereces, obtienes lo que negocias. Un ejemplo es el acuerdo entre Pixar y Disney: “Nosotros hacemos las películas y el mérito es para ellos”. Tras Toy Story y Bichos, Pixar se asegura el control creativo, se estrenarán en el mejor momento y “Pixar tendrá una marca. Todo el mundo sabrá que estas películas las hemos hecho nosotros” (Steve Jobs).
- Persistencia: “Sigue nadando” (consejo de Dory a Marlin en Buscando a Nemo). Tras las dos primeras, Pixar estrenó Monstruos S.A., Buscando a Nemo, Los increíbles y Cars. La empresa de tecnología dedicada a la animación se encontraba en una encrucijada: si tenía un revés, podía perder la mitad de su valor. Era mejor vender a Disney (Jobs tenía el 50% de la compañía).
‘De Pixar al Cielo’ es un libro potente. Un relato apasionante e instructivo, que demuestra el triple talento de Lawrence Levy como estratega (no es un “contable”, sino un estratega de las finanzas, que marca el modelo de negocio con visión de futuro), negociador (con los magnates de la industria, especialmente los ejecutivos de Disney) y con mano izquierda para tratar serenamente con tiranos como el difunto Steve Jobs.
Si lo combinamos con ‘Creatividad S.A.’ de Ed Catmull (fundador de la compañía con George Lucas y Steve Jobs en 1986) y ‘Hasta el infinito y más allá’ de Doc Pastor (2017), un viaje por todas las películas de la productora, tendremos una triada muy valiosa para entender el fenómeno Pixar. En 22 años, Pixar ha estrenado 19 películas (de Toy Story a Coco), con un coste actual de unos 200 M $ por cinta, y una recaudación que multiplica por 3-5 veces esa cantidad. Tal es el poder del Talento, apoyado por la Tecnología.
La canción de hoy podría ser de una de las pelis de Pixar (por ejemplo, la reciente ‘Recuérdame’ de Coco o ‘Hay un amigo en mí’ de Toy Story). Sin embargo elijo, de The Coors, ‘Only when I sleep’: www.youtube.com/watch?v=TapUgpeFGfE“See you in my dreams/ Got me spinning round and round/ Turning upside down”.