Anoche estuvimos viendo en familia (mi hermana Patri participaba en la organización) los premios Platino del cine iberoamericano. 3.600 asistentes en la Caja Mágica, en un evento presentado conjuntamente por el cómico Carlos Latre y la actriz uruguaya Natalia Oreiro (como han destacado hoy varios periodistas, la química no funcionó especialmente entre ellos).
Lo mejor, la concesión del Platino de honor al actor, director y productor mexicano Edward James Olmos (Los Ángeles, 1947) y la actuación de Miguel Bosé cantando ‘Morena mía’ (a much@s nos gusta más la versión con Julieta Venegas: www.youtube.com/watch?v=jPczx8f1_uI ). Lo de ‘La Muralla’ o ‘La Macarena’, mejor olvidarlo.
‘El ciudadano ilustre’ ganó los premios a la mejor película (Mariano Cohn y Gastón Duprat), mejor guión y mejor actor (Óscar Martínez). El de mejor director se lo llevó Pedro Almodovar (allí presente) por ‘Julieta’, cinta que también obtuvo el Platino a la mejor música (Alberto Iglesias). El de mejor actriz, a la brasileña Sonia Braga por ‘Doña Clara’. ‘Un monstruo viene a verme’ de Jota Bayona se llevó los Platino al mejor montaje (Bernat Vilaplana y Jaume Martí), mejor dirección de arte (Eugenio Caballero), mejor fotografía (Óscar faura) y mejor sonido (Peter Glossop, Oriol Tarragó y Marc Orts). La mejor miniserie, ‘Cuatro estaciones en La Habana’ con Jorge Perugorría. El mejor documental, ‘2016. Nacido en Siria’ de Hernán Zin. La mejor peli de animación, ‘Psiconautas’. El Platino a la mejor ópera prima, a la venezolano-mexicana ‘Desde allá’; el de educación en valores, a la cubana ‘Esteban’. Y los premios del público a ‘El ciudadano ilustre’, su protagonista y a Natalia Oreiro por ‘Gilda, no me arrepiento de este amor’.
Estamos muy lejos de que la comunidad iberoamericana aproveche todo su potencial conjunto. En el séptimo arte, 846 películas en 2016, la gran mayoría desconocidas para el gran público. Cuando Carlos Latre tuvo que imitar a cinco famosos, fueron el argentino Diego Armando Maradona (que jugó en el fútbol europeo), el luso Jose Mourinho (que entrena en el fútbol inglés), el peruano Mario Vargas Llosa (que vive en Europa), la cubana Celia Cruz y el chileno Don Francisco (presentador durante 53 años de ‘Sábado Gigante’). Está visto que no conocemos a las celebridades del resto de la comunidad iberoamericana.
Para fomentar la cultura, la ciencia y la educación entre los 24 estados iberoamericanos, hemos de profundizar en una visión compartida, en un “Erasmus” iberoamericano, en la formación y la infomación conjunta y en fomentar naciones inclusivas, en las que triunfen el talento y la meritocracia, más allá de las oligarquías, los “Mesías” y los amiguismos.
Es una maravilla para nuestro país que haya dirigido una película tan “europea” como ‘Un monstruo viene a verme’ (de factura impecable) y haya producido un peliculón como ‘El ciudadano ilustre’ (con tan impresionante guión y tan excelentes actores). Esra mañana he vuelto a verla en Movistar + y me ha encantado de nuevo. La historia de un escritor argentino, galardonado con el premio Nobel, que cinco años después vuelve a su pequeño pueblo, Salas, es un alegato contra la ignorancia y el amiguismo. “Mis personajes no pueden salir de Salas y yo no puedo volver”, dice Daniel Mantovani, el ciudadano ilustre.
En una de las escenas más emocionantes de la película, la del concurso de cuadros, Mantovani proclama: “La mejor politica cultural es no tener ninguna. Siempre se ha visto la cultura como algo débil, como algo frágil, como algo raquítico, que necesita ser custodiado, protegido, promovido y subvencionado. La cultura es in-des-truc-ti-ble. Es capaz de sobrevivir a las peores hecatombes. Hubo una tribu salvaje en África en cuyo lenguaje no existía la palabra “libertad”. ¿Saben por qué? Porque eran libres. Creo que la palabra “cultura” sale siempre de la boca de la gente más ignorante, estúpida y más peligrosa. Yo particularmente no la uso nunca.” Aviso a quienes nos fascina la resistencia al cambio y la transformación cultural (digital o no).
Tras Panamá, Marbella, Uruguay y Madrid, los premios Platino 2018 se celebrarán en Riviera Maya, México. Esperemos que nuestra comunidad iberoamericana avance. Mi gratitud a la costarricense Rebecca Grynspan, SG de la OEI, y a quienes harán posible que esto ocurra.