Esta mañana he estado viendo en Movistar+ ‘El ciudadano ilustre’, una estupenda película argentina. Un escritor premio Nóbel regresa a su pueblo, Salas, a 370 km de Buenos Aires, durante una semana. Allí se encuentra con lo mejor y lo peor de la naturaleza humana. Sumamente interesante.
También he estado leyendo ‘El poder de los opuestos’ de Ichak Kalderon Adizes, con Yechezkel y Ruth Madanes. Adizes es consultor empresarial con más de 40 años de experiencia y un método propio (la organización es un sistema que funciona en torno a cuatro roles); Ruth y Yechezkel lo han llevado a la pareja.
I. El mundo está cambiando. Vivimos una total reorganización de la pareja, un cambio cultural disruptivo. En medio de la confusión se gestaron mitos como el príncipe azul (tan perfecto), el no conflicto (la completa felicidad), lo malo que son los conflictos, señal de que no estamos hechos el uno para el otro o debemos separarnos, el individualismo, la ayuda externa (terapia), el éxito como dinero y prestigio. Vivimos en una época de “objetos desechables”. El libro nos enseña que los conflictos son normales y no tienen por qué ser destructivos. El conflicto es normal, predecible, y ha de ser gestionado.
“El éxito es una función entre la integración externa dividida por la desintegración interna”. “No puedes tener una buena relación con otra persona si no tienes primero una buena relación contigo mism@”. “El éxito se crea de dentro a fuera, no de fuera hacia adentro”. “Debemos progresar en las dos dimensiones simultáneamente y en la secuencia correcta. Primero, la integración interna (“el camino hacia el cielo es a través del infierno”), porque “no es fusionarnos lo que buscamos, sino complementarnos”.
Los roles PAEI son las cuatro “vitaminas” de toda relación. P es Producir resultados: actuar, ejecutar. En la exageración, confunden cantidad con calidad, son curroadictos, no delegan… A es Administrar, hacer la vida más predecible: siguen reglas, principios y guías, conservan, tienen las cosas bajo control. En la exageración, se pierden en los detalles, son rígidos y les falta creatividad. La E es Emprender: aventurarse hacia cosas nuevas, flexibilidad, espontaneidad, oportunidades. La I es Integrar: conectar, trabajar como un equipo. En la exageración, son acomodatici@s, hipersensibles al rechazo, tratan de agradar a la gente. Si faltan una o más vitaminas, la pareja se hace disfuncional (como el escorbuto cuando falta la vitamina C). Cada un@ de nosotr@s somos sobresalientes, tenemos una mínima base o somos deficientes en cada rol. Para mayor comprensión, los autores nos proponen los arquetipos del llanero solitario (P), el burócrata (A), el desenfrenado (E), el acomodaticio (I), el inepto (-). En muchas parejas, faltan A e I. Suele haber “conflictos de percepción” entre lo que es, lo que debería y lo que quiero. El amor maduro incluye a los tres (realismo); el adolescente, sólo a la intersección.
El ciclo de vida de la pareja pasa por 9 fases: coqueteo, recién casados, expansión, turbulencia, cima, transición, inercia, alienación y muerte. Cada etapa tiene un rol predominante: paEi o mejor paEI en el cortejo (sin P ni A es insano). “En todas las religiones cuando se realiza una boda, se compromete a la pareja hasta que la muerte les separe, no hasta que el amor dure”. Paei o mejor PaeI en los recién casados (es insano sin A y sin P): “son las expectativas las que destruyen una relación”. PaeI o PAEI en la expansión (es insano sin A y sin I): externamente puede mostrar éxito e internamente estar desmoronándose. En turbulencia, PAei o PAeI (insana si falta la E y la I). La cima es PAEI. La etapa de transición es PA-I (falta la E de Emprendimiento), la inercia es pA-I (poca Producción de resultados, nulo Emprendimiento): no hay interés en por qué se hacen las cosas (“ya están divorciados pero siguen casados”), la alienación es sólo A (de Administración). En términos dinámicos, la pareja empieza con I (amistad basada en la confianza y respeto mutuo), añade E. después emerge el P y finalmente el A. Es el ciclo óptimo.
II. Entendida la idea, ¿qué se puede hacer? Definir la confianza y el respeto mutuos (C&RM). El respeto es “cuando reconoces el derecho del otro a pensar diferente” (Kant). Nos sentimos atraídos por las diferencias (en hebreo, “ezer ke neged”, una ayuda contraria). Lo que destruye una pareja no son los temas, sino el modo en que pelean. Confianza mutua es dar y recibir; entonces los conflictos son constructivos. “No es la falta de amor sino la falta de amistad lo que hace que un matrimonio sea infeliz” (Nietzsche). Amar es cuando das porque dar te enriquece.
Más que resolver los conflictos (tener razón), se trata de hacerlos constructivos. “Si dos personas están de acuerdo en todo, ninguna de las dos está pensando demasiado”. El Rol I (Integración) empieza con un@ mism@. Se necesitan “descomprensiones regulares de negatividad” (el amor es un músculo que necesita ejercitarse). Cuidado con los mecanismos de defensa: en estrés, los P se vuelven dictadores; los A se congelan; los I ceden, se acomodan compulsivamente; los E estallan. Nunca debemos humillar al otro; trabajar los PPM: Posibles Puntos de Mejora (controlables). C&RM es la base de todo.
Piensa, y siente, que l@s P no suelen tener paciencia, que l@s A están más interesad@s en el cómo que en el qué, que l@s I mantienen las interacciones a nivel personal y que l@s E se resisten a cualquier idea a no ser que sea propia (hipersensibles al rechazo).
Si la deficiencia vitamínica en la pareja es P: fijar metas y resultados, plan de acción, actuar, persistir. Si hay exceso, cuidado con “pintar la pared equivocada”. Si la escasez es A: organizar cosas y espacio, crear estructuras, presupuestos, supervisión. Si hay exceso, cuidado con el perfeccionismo. Si el déficit vitamínico es de I: permitir pensar diferente, escuchar con atención, dar y recibir. Si hay exceso, más asertividad (no decir sí si es no). Si falta vitamina E, pensar más a largo plazo, crear una visión de futuro juntos, divertirse. Si hay exceso, conservar los modales y finalizar las cosas.
Un libro muy interesante sobre la gestión práctica de la diversidad, en las parejas y en las empresas.
Portada de Emprendedores de julio: ‘Intuición en los negocios. Nuevas vías para sacar partido a tu sexto sentido’. 33 pautas útiles: autoevaluarnos, valorar la experiencia, eliminar la sobreconfianza, asumir el error, check-list cuidadoso, ponernos en el peor escenario, cortocircuitos emocionales, vaso medio lleno, doble argumentario, jalearnos, sentirnos bien con la elección, desarrollar la empatía, incentivar la curiosidad, jugar con los sentidos, pensar diferente, cuestionar lo establecido, anticiparnos, desarrollar la flexibilidad, innovar, importar, rastrear, cambiar perspectiva, ser osad@, hacerlo realidad, explorar, analizar, conocer para reconocer, hacer caso a nuestras tripas, comunicar y contrastar, verificar las intuiciones, dejarnos aconsejar y practicar. “El proceso intuitivo mejora con la práctica, con la repetición, con la verificación y con el entrenamiento (coaching)”. Gracias a Isabel García Méndez por el Dossier, a Alejandro Vesga y su equipo por la revista (20 años con nosotr@s), a Isidro de Pablo y Carlota Mateos, Enrique Tomás y Ferrán Martínez. Me gusta el diseño del nuevo Emprendedores.
La Intuición es una de las 4 i del modelo de NeuroLiderazgo de Silvia Damiano, junto con la inspiración, la integración y la imaginación. Y está presente en los cinco sentidos (“olfato” para los negocios) de la Fluidez.