Este jueves he estado trabajando con ONCE y su Fundación, con el Programa ADOP (Deporte Paralímpico), en el Programa “Comunica con Éxito” para ayudar a elevar la empleabilidad de nuestros deportistas. Es siempre un placer colaborar con la ONCE; agradezco a Alberto Durán, Virginia Cancedo, Fernando Riaño, Manuel Poza, María Manzano, Montse Ventosa y a todo el equipo su implicación. En el almuerzo, deportistas paralímpicos de alta competición que suman unas 250 medallas (sí, 250) europeas, en mundiales y juegos paralímpicos. Todo un honor y un privilegio.
He estado leyendo Nunca es demasiado tarde, princesa de mi buena amiga Irene Villa. Recuerdo perfectamente la última vez que estuve con ella. Fue el 12 de septiembre, en la Fiesta del X aniversario de Thinking Heads, agencia de la que ambos somos conferenciantes. Estuvimos charlando con Irene y con su marido, Juan Pablo. Están encantados con su hijo Carlos y nos contagiaron de optimismo y alegría.
En Nunca es demasiado tarde, princesa Irene Villa vuelve su mirada hacia el pasado y pasa por el tamiz de su experiencia las vivencias entrelazadas de siete personas que nunca creyeron que su vida iba a sufrir un vuelco dramático. Y mucho menos pensaron que ese revés del destino sería la llave que les diera acceso a una vida mucho mejor que la que tenían antes, más plena e infinitamente más feliz a pesar de las limitaciones.
Como nos enseña Irene, nunca es demasiado tarde para dar la bienvenida a la vida: no lo fue para ella tras el terrible atentado terrorista que sufrió ni lo es para los protagonistas de esta obra, que fueron capaces de renacer y empezar de nuevo. Es un alegato para superar las dificultades y apostar por la alegría de vivir. Esa incertidumbre (no sabemos lo que la vida nos depara, ni cuánto tiempo estaremos vivos) debería provocarnos, como decía Gandhi, vivir cada día con la intensidad de que fuera el último de nuestra existencia y aprender como si fuéramos inmortales.
Esta es la entrevista que le hizo el ABC.es a Irene con motivo de su primera novela:
Irene Villa (Madrid, 1978) acaba de debutar como escritora de ficción. En su primera novela, «Nunca es demasiado tarde, princesa» (Espasa), habla sobre las segundas oportunidades. Ayer también compartió su optimismo y vitalidad con los lectores de ABC.es.
-¿Por qué se ha decidido a escribir una novela?
-Porque me dedico a dar energía positiva y creo que se llega más con una novela que con un libro de autoayuda. Quiero que lo lea toda la gente, especialmente los jóvenes, que se creen con la verdad absoluta. Creo que con la ficción mi objetivo se cumple de mejor forma.
-Usted habla de segundas oportunidades, pero hay que tener una actitud muy positiva para ver el lado bueno de circunstancias tan duras como las que ha vivido.
-Sí. La gente dice «Irene Villa, qué valiente», pero es que la vida te obliga a ciertos comportamientos y tienes que ser una persona solidaria para poder encontrar la felicidad.
-¿Se ha convertido en la abanderada del optimismo?
-Eso no es un trabajo, realmente es ta y como soy. Se trata de ayudar a la gente después de que me ayudaron a mí en los peores momentos. Siempre tengo la obligación moral de devolver el cariño que me han dado los demás.
-¿Qué ha supuesto para usted casarse y ser madre?
-La mejor recompensa a toda una vida de lucha, de esfuerzo y sacrificio ha sido mi hijo. Y por supuesto, conocer a Juan Pablo, mi marido, que también es mi coach. Mi hijo ha sido el broche de oro de mi vida.
-Al final del libro le dedica unas palabras a su hijo, ¿qué tipo de madre es?
-Le quiero dar las herramientas necesarias para vivir y con eso me quedo tranquila. No quiero darle regalos materiales sino que aprenda a tener amor, a perdonar, a enamorarse...
-Con el fin de la doctrina Parot, ¿se han reabierto antiguas heridas?
-He sentido un poco de dolor como todos los españoles. Pero, como yo he perdonado, me da igual que estén en la cárcel o fuera de la cárcel porque esas muertes van a quedar sobre su conciencia el resto de sus vidas.
-¿Hablaría con ellos?
-No veo por qué no, ha sido un error y ya está. Creo que si se arrepienten merecen una segunda oportunidad. Quiero que me quiten el título de víctima de ETA porque afortunadamente hace años que dejé de dedicarme al debate antiterrorista. No me hizo ningún bien, yo no tengo nada que ver con la política. Lo mío es la psicología, el deporte, la superación y el coaching.
-¿Qué título para el futuro?
-Conferenciante y deportista. A nadie le importa por qué no tengo piernas, no quiero que se asocie «Irene Villa-ETA», pues han pasado 22 años. Es cierto que fue algo horrible y que era una niña, pero mi vida ha dado tantos pasos adelante que no quiero volver a eso. Es como ser un actor encasillado.
Podemos ver la presentación de “Nunca es demasiado tarde, princesa” en http://www.eldiariomontanes.es/videos/cultura-y-ocio/cultura/2842562201001-irene-villa-presenta-nuevo-libro.html
Muchas gracias, Irene Villa, por este libro que compartes generosamente con tod@s nosotr@s.