Sábado de descanso, tras una semana intensa (Barcelona lunes y martes, reunión interna todo el miércoles, Sevilla jueves y viernes). Levantarse sin despertador, comida con amigos, visita al hospital a ver un familiar… Mañana, Feria del Libro de Madrid de 12 a 14 con Ana María Castillo para firmar ejemplares de ‘Nuevo Management para Dummies’ y (como dicen por los altavoces), “el resto de su obra”.
Canción matinal, de Thalia: ‘Te perdiste mi amor’ www.youtube.com/watch?v=39Pngb7MAascon Prince Royce.
He estado leyendo en la web de Psychology Today una serie de artículos sobre “la media naranja” que me han resultado muy interesantes.
La Dra. Susan Krauss Whitbourne (Univerisdad de Massachusets en Amherst) comparte los 11 signos para saber si esa persona realmente te quiere (www.psychologytoday.com/blog/fulfillment-any-age/201403/11-ways-tell-if-your-lover-loves-you), a partir de las investigaciones de John Gottman y su enfoque conductual. Son los siguientes:
1. Quiere pasar tiempo contigo. Al parecer, es el gran predictor de intimidad de éxito a largo plazo.
2. Te pregunta cómo te ha ido el día. Es el apoyo práctico en la pareja.
3. Confía en ti.
4. Te ayuda cuando lo necesitas.
5. Muestra respeto por tu punto de vista.
6. Te incluye en las decisiones. Desde las más mundanas a las esenciales.
7. Muestra afecto. Desde la cercanía física hasta disfrutar del sexo.
8. Te mira. Mirarse a los ojos revela las emociones más profundas.
9. Le gusta hablar del pasado, reviviendo los momentos más deliciosos.
10. Desafía su bienestar por la relación.
11. Te hace sentirte bien sobre ti mism@.
Muy claro y didáctico el artículo de la Dra. Krauss Whitbourne, autora del libro ‘In search for fulfillment’ (En busca de la plenitud).
En la misma publicación virtual, la Dra. Harriet Lerner escribe ‘Por qué “Te quiero” no es suficiente’. Se basa en el libro de Ellen Watchell, ‘Nos queremos, pero…’ La tesis es que, además de las palabras debe haber hechos, como el reconocimiento apreciativo. “Los positivos comentarios deben exceder los negativos por amplio margen”.
Volviendo a Susan Krauss, la emoción que realmente daña el cerebro es el miedo a ser humillad@ (Marte Otten y Kai Jonas, Universidad de Amsterdam, Social Neuroscience, 2014).
La misma autora se hace eco de una investigación de Erica Slotter y Deborah Ward (Universidad de Villanova) en 2015, según la cual para superar una ruptura lo mejor es uno de estos dos enfoques: el que llaman “replanteamiento cognitivo” (cognitive reappraisal), que es tomarlo como una oportunidad más que como una pérdida. El otro Slotter y Ward lo denominan “narrativa redentora” (redemptive narrative), una variante del “storytelling” (el relato) en la que se escribe en un diario sobre el tema durante una media de 8’5 minutos diarios. Después de cuatro días, el final se ha intelectualizado más y la perspectiva personal y ajena ha mejorado significativamente al reconstruir el evento.
En otro orden de cosas, he estado leyendo un artículo de Héctor Barnés sobre el futuro de la educación en España (www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-06-03/educacion-espanola-2020-accion-magistral_1211210/), Horizonte 2020, publicado por Acción Magistral (FAD, BBVA, UNESCO) a partir de las opiniones de 200 docentes y expertos, coordinado por Anna Sanmartín Ortí. Las principales conclusiones son:
1. No hay dinero ni lo habrá. España invierte el 4’5% de su PIB en educación, por debajo de la media europea (5’3%), lejos de Dinamarca (7’9%) o Suecia (6’8%). El ratio es de 10 alumnos por profesor.
2. Se ha dejado de lado a los profesores, tanto en la carrera docente como en los incentivos. Tremenda desmotivación, con una minoría de profes activos y comprometidos. Quijotes de nuestro tiempo.
3. El pacto que no llega. A pesar de los esfuerzos de José Antonio Marina, el 80% de l@s consultad@s considera que no habrá pacto por la educación en los próximos cinco años. Un marco inestable, poco consensuado, en el que no será consultada la comunidad educativa.
Héctor menciona “razones para el optimismo”, como el incremento de la diversidad cultural, la reducción del absentismo (si bien el fracaso escolar parece endémico), la flexibilidad del currículo, el desarrollo de competencias como la iniciativa emprendedora o el trabajo en equipo, asignaturas más instrumentales y conocimiento de idiomas. El autor concluye: “Den la bienvenida al mundo de la empresa en los colegios”. Me temo que no es tan simple. Ojalá la empleabilidad, que se fundamenta en la flexibilidad, la generosidad, la cooperación y la lealtad más allá de la fidelidad –y, por ello, el pensamiento crítico- avancen en nuestra educación, en la generación del talento. Tenemos el poder de cambiar las cosas, si de verdad creemos y queremos.
‘Casta Diva’, de la ópera Norma (Vincenzo Bellini), por Renée Fleming: www.youtube.com/watch?v=Rg4L5tcxFcA&list=PLjoh8aveDiCWV2qERbxZhFewP_Oqsqj4T En este aria, la sacerdotista druida Norma invoca a la Luna. “Tempra, o Diva,/ tempra tu de’ cori ardenti/ tempra ancora lo zelo audace,/ spargi in terra quella pace/ che regnar tu fai nel ciel...” (Templa, oh, Diva/ templa estos corazones ardientes,/ templa de nuevo el celo audaz,/ Esparce en la tierra esa paz/ que reinar haces en el cielo). La hemos escuchado muchas veces en películas como ‘Los puentes de Madison’ (Clint Eastwood), ‘El sueño de una noche de verano’ o ‘La Dama de Hierro’.