Día de Reyes, de Epifanía. Como sabes, los regalos de los Magos de Oriente (oro, incienso y mirra) simbolizan tres claves de nuestra naturaleza.
- El oro, por el reconocimiento a su Realeza; en nuestro caso, a la dignidad humana que siempre ha de estar presente. Las personas no somos números, no somos objetos, no somos “recursos” y me preocupan las ideologías que, por uno u otro motivo, nos toman así (en la realidad, aunque lo nieguen en el discurso), desde el capitalismo salvaje al comunismo colectivista. Digno, de la raíz indoeuropea “dek”, aceptación. En tiempos de escasez de Talento, los líderes y las organizaciones que no honren la dignidad de las personas (los clientes, los empleados, los proveedores, los accionistas, la sociedad en su conjunto en eso que llamamos “stakeholders”) desaparecerán rápidamente en el bucle de su “círculo vicioso” de indignidad.
- El incienso (gomorresina que al quemarse despide un olor muy aromático) es un homenaje a la Divinidad. En nuestro caso, al entusiasmo (preciosa palabra de origen griego que viene a significar “hay un Dios dentro de tí”). En tiempos “febriles” (The Economist), las personas entusiastas se llevan el gato al agua. Energía, ilusión, pasión, iniciativa, ganas. Como titula nuestro querido Santiago Álvarez de Mon uno de sus libros, ‘Con ganas, gamas’. A por todas.
- La mirra, con sus aceites esenciales y su color rojo intenso, anuncia los padecimientos de Jesús como Redentor (redimir es, como sabes, librar a una persona de una obligación u otorgarle la libertad). En nuestro caso, la pasión como “acto de padecer” (de ella hablaba en el tercer libro de la trilogía de ‘La Sensación de Fluidez’, sobre Don Quijote; los líderes que más admiramos, como Gandhi, Luther King, Kennedy, Mandela o Teresa de Calcuta, bien que padecieron). Toda rosa tiene sus espinas y hemos de saber sufrir para conseguir nuestro propósito.
En Occidente, hay un cierto “hilo rojo” que nos lleva del oro, incienso y mirra de los Reyes Magos a la libertad, equidad, solidaridad (lema actualizado del “liberté, egalité, fraternité” de la Revolución francesa). Te deseo para este 2020, y en lo sucesivo, Dignidad, Entusiasmo y Pasión.
Como nada es casual, precisamente mis tres artículos preferidos de ayer se referían a esos temas.
La libertad que te da elegir tu Atención. El maestro José Antonio Marina, que es un faro en estos tiempos convulsos, dedicaba su Holograma (y su artículo en El Mundo) a la defensa de la libertad de atención. Porque en esta “sociedad del espectáculo”, padecemos un “déficit de atención”. Cita a un confundador de Facebook: “Las mejores mentes de mi generación trabajan en cómo hacer que las personas hagan click en los anuncios”. Qué bonito. JAM nos recuerda que la atención es un recurso escaso (piensa en qué la inviertes) y codiciado (que no te la roben).
Precisamente a José Antonio Marina escuché por primera vez la contundente sentencia de Caballero Bonald: “Somos el tiempo que nos queda“. Somos libres porque elegimos nuestra atención. El maestro Marina parte del reciente ‘Valeurs de l’attention. Perspectives éthiques, politiques et épistémologiques’, de Nathalie Granjean y Alain Loute, y se refiere a “la atención determina tu realidad” (consejo de Yoda a Luke Skywalker). Nos recuerda que el control de la propia atención es un elemento básico del comportamiento, “por eso cuando falla el autocontrol, la libertad se resiente” (conviene tenerlo en cuenta en esta España que vuelve a los años 30 del siglo pasado). Como ejemplos, el TOC o la hipnosis. Las tecnológicas tratan de colonizar nuestra atención (“internet comenzó con una promesa de negocio de adoctrinamiento”). “Lo que nosotros vendemos a Coca Cola es tiempo de cerebro disponible” (Patrick Le Lay, presidente de TF1). Me apunto para leer ‘The Attention Merchants’ de Tim Wu y ‘The world Beyond yout Head’ de Mathew B. Crawford. Siempre el flujo de la atención ha anticipado el cash-flow, el flujo del dinero, pero ahora es una pasada. ¿Qué podemos hacer para sentirnos libres con nuestra atención? Invertir en nuestra educación. Es por el aprendizaje por el que podemos decidir libremente si ‘El irlandés’ o ‘Historia de un matrimonio’ son dos petardos y que nos guste ‘El ascenso de Skywalker’ (Star Wars IX) por mucho que ciertos críticos la hayan puesto a parir. Marina propone un ‘Manifiesto en defensa de la libertad de atención’, al que me apunto inmediatamente. Y referencia al profesor de Oxford James Williams, que ha fundado la ONG ‘Time well spent‘ (Tiempo bien empleado).
La equidad (tratamiento desigual de situaciones desiguales) que debe generar entusiasmo. Rosa Montero dedicó ayer su primer ‘Maneras de vivir’ del año a ‘Las viejas son atómicas’. Se refería nuestra querida @BrunaHusky a la evidencia de que las mujeres suelen quererse a sí misma menos que los hombres (los varones suelen vanagloriarse de sus logros, las damas piden perdón demasiadas veces). Citaba a Zenger y Folkman (HBR) y su análisis sobre la autoestima y el género: a los 25 años, los chicos tienen una autoconfianza un 20% superior; a los 40, ambos sexos se han igualado. Después de los 60, la confianza varonil declina y las mujeres están como una moto. Por eso, “las viejas son atómicas”.
Me gusta la dinámica: en 35 años (de los 25 a los 60) los hombres elevan su autoestima un 8’5% y las mujeres un 29%. Bien por vosotras (entre otras cosas, creo que os tomáis más en serio esto del coaching ejecutivo). ¿Sexismo? “Las cosas están cambiando, pero los prejuicios son tenaces y dejan sombras”. Rosa nos recuerda que a partir de los 70 el suicidio de los hombres se dispara (40 casos cada 100.000; solo 5 en las ancianas) porque “las mujeres estamos más preparadas para vivir solas”. Ventajas de la oxitocina frente a la testosterona. Al final, gana la batalla de la vida.
Y la Pasión que genera la inclusión. Josep Catà Figuls, en ‘El País Negocios: ‘Los milenial pueden salvar la igualdad‘. Se refería a la profesora de Harvard Kathleen McGuinn, que se dirigió a los antiguos alumnos del IESE en Barcelona con imágenes como la de Christine Lagarde siendo la única mujer en el BCE. “La diversidad incrementa la productividad”. Citaba a la ministra de Economía Nadia Calviño: la brecha de género hace que se pierda un 15% del PIB. “Cuanto más diverso es un grupo, más creativo es porque hay más contextos y visiones entrelazadas, y por lo tanto más probable es el éxito”. De la profesora Kathleen McGuinn he hablado en este Blog porque la cita Marta Grañó en su reciente libro ‘¿Somos malas madres?’ (Ventajas y temores de las madres trabajadoras, también fuera de casa, entrada del 19 de noviembre de 2019). Sus investigaciones concluyen que las madres que trabajan fuera generan un modelo de rol menos autoritario y, si son felices, hacen a sus hij@s felices.
Oro, incienso y mirra. Libertad, equidad, solidaridad. Dignidad, Entusiasmo y Pasión. El elemento común es la consciencia, la inteligencia ejecutiva. Te deseo que este triángulo esté más que presente en tu vida.
Tres en uno: simplificación, Un reciente artículo de Strategy + Business nos propone enero como “mes de la simplificación“. Adam Bryant, que ha sido periodista de The New York Times, cita la famosa frase de Jim Collins: “Si tienes más de tres prioridades es que no tienes ninguna”. Y recomienda que visualicemos los resultados que queremos conseguir (no sólo económico-financieros, por favor, que la vida es mucho más que eso) y construyamos de atrás hacia delante.
Mi gratitud a José Antonio Marina, Rosa Montero, Kathleen McGuinn y Adam Bryant. Podemos elegir quejarnos o transformar nuestras vidas para mejor (no te digo si es con ayuda de un/a coach).
La canción de hoy, de Boney M, ‘Mary’s boy child’ de 1978 (el año de la Constitución). Felices Reyes.